De la Primaria a casa
El templo es la casa de Dios
“Las ordenanzas y los convenios sagrados disponibles en los santos templos hacen posible que las personas regresen a la presencia de Dios y que las familias sean unidas eternamente” (“La Familia: Una Proclamación para el Mundo”).
Puedes usar esta lección y esta actividad para aprender más en cuanto al tema de la Primaria de este mes.
¿Qué sientes cuando ves la belleza del templo? ¿Vienen a tu mente las palabras: “Me encanta ver el templo; un día ir podré”?
A veces, cuando los niños cantan la canción “Me encanta ver el templo”1, tienen el deseo de ir al templo algún día, pero no comprenden por qué tenemos los templos, lo que ocurre dentro de un templo ni lo que ellos deben hacer para poder entrar en él. Investiguemos un poco más sobre el templo.
¿Por qué hay templos?
El Señor dijo: “…edificad una casa a mi nombre, para que en ella more el Altísimo” (D. y C. 124:27). El Espíritu del Señor mora en Sus templos. El templo es la casa de Dios. Es un lugar donde hacemos convenios (o promesas) con el Padre Celestial. Si cumplimos con nuestros convenios, podremos volver a vivir con Él.
¿Qué ocurre en el templo?
Todos se deben bautizar para regresar al Padre Celestial. Muchos de los hijos del Padre Celestial murieron sin ser bautizados. Después de que cumplas 12 años, puedes bautizarte en el templo por esas personas para que ellas puedan tener las mismas bendiciones.
En el templo también recibimos una investidura, o regalo. Ese regalo es la promesa de que, si guardamos los mandamientos, podemos tener la vida eterna.
En el templo, un esposo y una esposa se pueden sellar como familia por el tiempo de esta vida y por la eternidad. Eso significa que si se mantienen dignos, estarán casados para siempre y estarán con sus hijos como una familia eterna.
Todo lo que se hace en el templo se lleva a cabo por el sacerdocio o autoridad de Dios.
¿Cómo me preparo para entrar en él algún día?
Para entrar en el templo debes tener por lo menos 12 años; tienes que haberte bautizado y haber sido confirmado; debes creer en el Padre Celestial y en Su Hijo Jesucristo; debes creer en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días; debes vivir los mandamientos del Padre Celestial. Tu obispo o presidente de rama te entrevistará para asegurarse de que eres digno de entrar en el templo y recibirás una recomendación para el templo que deberás mostrar allí. Tener una recomendación significa que estás viviendo de la manera que debes para poder entrar.
Al mantenerte en el camino que te lleva al templo, estarás preparado para ir allí a que “[te enseñe] el Espíritu Santo y [a] orar. Pues el templo es Casa del Señor, lugar tranquilo y bello”2.