¿Por qué tenemos que estar completamente bajo el agua cuando nos bautizamos?
Quizá hayan asistido a algún bautismo en el que fue necesario efectuar dos veces la ordenanza porque a la persona a quien se estaba bautizando no se la sumergió completamente en el agua la primera vez. Debido a que el bautismo es una ordenanza salvadora, es esencial que se lleve a cabo de manera exacta y correcta.
El bautismo es un acto simbólico. “Simboliza la muerte, la sepultura y la resurrección, y sólo puede hacerse por inmersión” (Bible Dictionary [Diccionario bíblico], “Baptism” [bautismo]). El estar debajo del agua representa la muerte y la sepultura de Jesucristo, pero también representa la muerte de nuestro hombre natural (véase Romanos 6:3–6). El volver a salir del agua es simbólico de la resurrección de Jesucristo y representa el nacer de nuevo como Sus discípulos del convenio. Los dos testigos que se encuentran a un lado de la pila bautismal observan para asegurarse de que se sumerja completamente a la persona a quien se esté bautizando, lo cual es simbólico de volver a nacer completamente.
Cuando somos bautizados, seguimos el modelo que nos dio el Salvador, quien fue bautizado por inmersión en el río Jordán (véase Mateo 3:13–17). El Padre Celestial desea que cada uno de Sus hijos sea limpio de sus pecados a fin de que pueda volver a vivir con Él. El ser bautizado por inmersión, al igual que Cristo, es una parte esencial de Su plan divino.