2011
La Iglesia busca historias de pioneros modernos
Julio de 2011


La Iglesia busca historias de pioneros modernos

Cuando los miembros de la Iglesia piensan en los pioneros, por lo general se imaginan a aquellos que viajaron hacia el Oeste de los Estados Unidos en barco o a pie durante el siglo XIX.

Muchos quizá no se den cuenta de que son pioneros de esta época.

El Departamento de Historia de la Iglesia actualmente está buscando historias de pioneros modernos. Si bien el departamento recibe con gusto todas las historias personales que le llegan, está especialmente interesado en las historias de conversos, de personas que vivan en un área donde se esté construyendo o se haya construido un templo nuevo, de misioneros que sirvan en una nueva misión, y de aquellos que estén aplicando el Evangelio en su vida y no cuenten con la compañía de muchos otros Santos de los Últimos Días.

“Las historias personales de otros pueden ayudar a aquellos que quizá hayan pasado por las mismas experiencias o que hayan vivido en el mismo lugar o la misma época”, dijo Brad Westwood, gerente de adquisiciones del Departamento de Historia de la Iglesia.

Las historias personales pueden ser historias de toda una vida o sólo ciertos acontecimientos tal como recuerdos de la misión, experiencias personales como padre o madre, u otros relatos específicos que hayan ocurrido en relación con un acontecimiento crucial, dijo el hermano Westwood.

“Consideramos que todos los hijos de Dios son iguales ante Su vista”, dijo el hermano Westwood. “Todos tenemos una historia importante que contar; la experiencia que todos tenemos en este mundo es una de probación, y sabemos que la historia nos ayuda a edificar nuestro testimonio”.

“Dentro de cien años”, dijo el hermano Westwood, “alguien que quizá no tenga un registro de historia familiar propio podría leer el de ustedes y decir: ‘Así que esto es lo que significa ser converso’ ”.

A medida que las personas conocen la vida de sus familiares u otros pioneros —incluso las luchas que tuvieron, las lecciones que aprendieron y la sabiduría que obtuvieron— pueden hallar consejos y ayuda para su propia vida.

Cuando se envía una historia a la biblioteca, se cataloga y se pone a disposición de los visitantes para que la vean y la lean. Los manuscritos o libros se guardan en el ambiente climatizado de la Biblioteca de Historia de la Iglesia, lo cual prolonga su conservación.

El hermano Westwood dio este consejo a las personas que estén considerando enviar sus historias personales a la Biblioteca de Historia de la Iglesia:

Escriban para el público. Aunque los diarios personales son maravillosos recursos históricos, a menudo se refieren a acontecimientos cotidianos e ideas personales que no siempre son apropiados para el público. A veces pueden comprometer la privacidad de una persona. Si una historia incluye información que pueda dañar el buen nombre de alguien, se aceptará, pero no se pondrá a disposición del público.

Escriban historias divididas en segmentos o episodios. A menudo, el intentar comenzar con los primeros recuerdos de la niñez y abarcar todo hasta el presente puede resultar desalentador. Comiencen con una historia a la vez. Por ejemplo, comiencen escribiendo sólo acerca de la misión. Una vez que hayan terminado, sigan con otro segmento diferente de su vida.

Usen fuentes primarias. Si tienen una carta, transcríbanla o pónganla en un libro. Si tienen una fotografía, inclúyanla. Si utilizaron información de un libro específico, incluyan la referencia. Los álbumes de recortes pueden ser parte de la historia personal. Sin embargo, las personas que hacen álbumes de recortes por lo general no incluyen el contexto ni escriben acerca de los acontecimientos que se representan en las fotografías, dijo el hermano Westwood. Él sugiere que tomen unos minutos para escribir acerca de los acontecimientos de las fotografías en el álbum de recortes.

Consulten y entrevisten a otras personas. “Por lo general, pensamos que nuestra historia personal consiste en nuestra propia perspectiva, pero, cuantas más perspectivas obtengan, más relevante será”, dijo el hermano Westwood. Entrevistar a otras personas brinda una nueva perspectiva y eso podría ayudarlos a mejorar su historia.

Escriban sobre experiencias espirituales, momentos cruciales, y factores, personas y acontecimientos clave. “A las personas les encantan las historias bien contadas”, dijo el hermano Westwood. Escriban las experiencias con una introducción, una parte central y un final. No dediquen 60 páginas a su vida antes de los dos años. Probablemente no sean ustedes quienes las escriban y la gente no las leerán”.

Escriban acerca de aquello que les apasiona. El hermano Westwood sugirió que, en vez de escribir en orden cronológico, podrían escribir por temas o sobre un asunto que les interese.

Más importante aún, los miembros no deberían enviar su historia personal o familiar a la Iglesia sin antes distribuirla entre sus familiares, ya que debe fortalecer a la familia de la cual procedió.

El hermano Westwood considera que aquellos que se tomen el tiempo para dejar registrada su historia personal, y que escriban con sinceridad acerca de las épocas difíciles y los buenos tiempos, podrán ver la mano del Señor en su vida y dejarán un legado y recuerdos que fortalecerán a su familia y a otros miembros de la Iglesia.

Si usted es un pionero moderno y le gustaría compartir sus experiencias, envíe su historia al Departamento de Historia de la Iglesia.

Puede entregar su historia personalmente o mandarla por correo a: Church History Library, 15 East North Temple Street, Salt Lake City, UT 84150-1600, USA, Attention: Acquisitions.

Si desea entregarla personalmente, puede hacerlo de lunes a viernes entre las 9:00 y las 17:00 hrs.

También puede enviar su historia por correo electrónico a ChurchHistoryAcquisitions@ldschurch.org, o llamar por teléfono al centro de llamadas de Adquisiciones de Historia de la Iglesia: 1-801-240-5696.

Un cortometraje de la vida de Joseph Millett, disponible en inglés en news.lds.org, cuenta una relato que fortalece la fe y que está disponible en la actualidad gracias a haber sido preservada por medio de historias personales.

Captura de pantalla del video de Joseph Millett.

Las historias personales pueden ayudar a otras personas a fortalecer su fe.

© 2006 David Stoker