Una verdadera amiga
“Tus amigos te sostienen” (D. y C. 121:9).
La nota estaba escrita en papel azul con zigzags dibujados en las esquinas, así que, aunque Jeremy se la pasó, Melanie sabía que la nota era de Rachel. Melanie miró a su alrededor; el tiempo de lectura había terminado y sus compañeros estaban guardando los libros.
Melanie sabía cómo empezaría la nota: “Mi querida mejor amiga”. Se sonrió; ella y Rachel habían sido amigas desde el segundo grado. “Todavía somos mejores amigas, aunque somos muy diferentes”, pensó Melanie al abrir la nota.
Mi querida mejor amiga:
¿Fumas?
—Rachel
Melanie se sorprendió. “Rachel y yo siempre estamos juntas”, pensó ella. “¿No sabe que no fumo?”.
Escribió en la parte de abajo del papel:
No, creo que es asqueroso. ¿Por qué quieres saber?
—Melanie
Melanie le pasó la nota de vuelta a Jeremy. Al poco tiempo él se la volvió a dar. Melanie leyó:
Saqué dos paquetes de cigarrillos a escondidas de la casa de mi tía. ¿Quieres probarlos conmigo después de la escuela?
—Rachel
Melanie se quedó mirando la nota; luego escribió:
¡Rachel! ¿Por qué quieres fumar? ¡Es malo para ti! Sé que te gusta probar cosas nuevas, pero no quiero ver que te hagas daño.
—Melanie
Rachel le contestó:
Unos pocos cigarrillos no me van a hacer daño; quizás ni termine el paquete entero.
—Rachel
Melanie sentía que iba a llorar. Escribió:
Eres mi amiga y te quiero; no fumes.
—Melanie
Melanie miró a Rachel mientras leía la nota. Ahora parecía que Rachel iba a llorar. Sostuvo la nota por mucho tiempo y luego la contestó. Cuando Melanie recibió la nota, leyó:
Gracias, yo también te quiero. No fumaré los cigarrillos.
Melanie estaba agradecida por haber elegido ser un ejemplo. Se sintió aliviada porque Rachel había tomado la decisión correcta.