Lugares santos en su vida
El lema de la Mutual de este año las invita a salir del mundo y a entrar en el reino de Dios. Como el presidente Boyd K. Packer, Presidente del Quórum de los Doce Apóstoles, ha enseñado, vivimos en territorio enemigo1. El “[permanecer] en lugares santos” es la clave para sobrevivir.
De este lema surgen preguntas importantes: ¿Qué es un lugar santo? ¿Dónde se encuentra un lugar santo? ¿Cómo podemos permanecer en lugares santos? ¿Qué hacemos para que los lugares en los que nos encontramos regularmente sean más santos? A medida que busquen las respuestas a estas preguntas, dichas respuestas guiarán sus relaciones, su elección de actividades, su forma de vestir, sus palabras y sus acciones.
Se han comprometido a fortalecer su hogar y a su familia. Esfuércense por hacer de su hogar un lugar sagrado, lleno del Espíritu del Señor. Ustedes pueden apoyar las oraciones familiares y el estudio de las Escrituras en familia.
Su habitación puede ser un lugar santo que invite al Espíritu. Si el profeta viese su habitación, ¿la consideraría un lugar santo? ¿La consideran ustedes?
Podemos permanecer en lugares santos al ir a la Iglesia. En las Escrituras se enseña que los barrios y las estacas de Sión son lugares santos que serán “para defensa y para refugio contra la tempestad” (D. y C. 115:6).
El lugar más santo sobre la tierra es el templo. El presidente Thomas S. Monson ha dicho: “Ahora bien, mis jóvenes amigos adolescentes, siempre tengan el templo en la mira. No hagan nada que les impida entrar por sus puertas y participar de las bendiciones eternas y sagradas de allí. Felicito a los que ya van con regularidad a efectuar bautismos por los muertos”2. Siempre sean dignos de tener una recomendación vigente para el templo, aun cuando el templo esté lejos.
Cualquier lugar en el que se encuentren, donde el Espíritu esté presente, puede ser un lugar santo. El presidente Harold B. Lee (1899–1973) enseñó que los lugares santos tienen más que ver con la forma en que uno vive que con el lugar donde uno vive3. Si viven dignos de la compañía constante del Espíritu Santo, entonces permanecen en un lugar santo.
Todos los templos tienen la inscripción: “Santidad al Señor”. Procuren permanecer siempre en lugares santos. Al vivir las normas, orar a diario y leer las Escrituras —en especial el Libro de Mormón— sentirán la compañía del Espíritu Santo. El Señor mismo les promete: “Porque de cierto os digo que os esperan grandes cosas” (D. y C. 45:62). Yo estoy de acuerdo, ¡y testifico que es verdad!