Para los más pequeños
La gran idea de Will
La autora vive en Pennsylvania, EE. UU.
Will quería una lámina del templo para poner en su habitación. Había oído al profeta decir que sería algo bueno que todos tuvieran una.
“Mamá, ¿ya me conseguiste una lámina del templo?”, preguntó Will.
“Todavía no”, dijo la mamá. Ella estaba ocupada cuidando al bebé recién nacido.
“Bueno”, dijo Will.
A él le encantaba el templo; sabía que es un lugar especial donde las familias se sellan para siempre.
Will se sentía un poco triste; la mamá estaba demasiado ocupada. ¿Cómo conseguiría una lámina del templo?
Entonces tuvo una gran idea; ¡no tenía por qué esperar a la mamá!
Corrió a buscar sus crayolas y hojas de papel y después se sentó frente al escritorio y comenzó a dibujar.
Después de mucho tiempo, dejó de lado las crayolas; corrió a la cocina y sostuvo el dibujo para mostrárselo a su mamá.
“Qué hermoso dibujo del templo”, le dijo su mamá.
“Vayamos a ponerlo en mi habitación”, dijo William.
“¡Qué buena idea!”, dijo la mamá.