Te doy gracias, Dios, por la luz,
pues brilla de noche y de día.
Te doy gracias Dios, por los árboles,
pues parecen calmar la poderosa brisa.
Te doy gracias, Dios, por mucho más que no puedo definir,
pero sé en lo más profundo que has creado esta vida para mí.
Y aunque tan buena no sea mi vida,
satisfecha yo estaré mientras viva.
Nisha J., 10 años, República de Palaos