Un templo al otro lado del mundo
Robin Estabrooks, Virginia, EE. UU.
A fines de la adolescencia, me uní a la Iglesia en contra de los deseos de mi familia. Cuando tenía unos veinte y pico de años, tras la muerte de mi padre, empecé a trabajar en mi historia familiar. Poco tiempo después, pasé a ser una ocupada esposa y madre que criaba hijos, y dejé de trabajar en la historia familiar.
Dado que nadie de mi familia pertenecía a la Iglesia, tenía un fuerte deseo de investigar mi historia familiar, lo cual me encantaba hacer y siempre deseaba tener más tiempo para dedicarme a ella.
A los treinta y tres años, mi vida dio un giro inesperado cuando mi salud empezó a deteriorarse. Mientras que antes podía hacer caminatas largas con mi familia, el simple hecho de salir a dar una vuelta a la manzana se me hacía difícil; limpiar la casa en dos horas los sábados se convirtió en una tarea imposible y me quedaba conforme si alcanzaba a pasar la aspiradora. El que antes había sido un círculo grande de amigos empezó a reducirse porque mis amigos ya no podían contar conmigo como lo habían hecho en el pasado.
Fue durante esa época que retomé la historia familiar. Mi hija empezó a investigar la línea de su padre y en una sola noche terminó una labor que a mí me había llevado años. Yo completé varias generaciones de mi línea y envié los nombres al templo para que se realizara la obra. Siempre había querido ir yo misma a hacer la obra por mis familiares, pero mi salud y la distancia a la que se encontraba el templo hacían que fuera imposible.
Tras enviar los nombres, me puse a llorar, porque sentía que había defraudado a mis familiares dado que no estaría con ellos el día especial en que se llevaran a cabo las ordenanzas por ellos. Un semana después, al iniciar sesión en FamilySearch.org para ver el progreso de la obra del templo, vi algo maravilloso: no solo se estaba completando la obra, sino que ¡eran miembros del Templo de Accra, Ghanna, los que la estaban haciendo! ¡Qué gran sorpresa me llevé al ver que miembros que se encontraban al otro lado del mundo estaban realizando la obra del templo por mi pequeña familia! Comencé a llorar otra vez al pensar en los sacrificios de la gente de Ghana para llegar al templo y hacer la obra para mi familia. Estoy tan agradecida a los miembros del distrito del Templo de Accra, Ghana, por haber hecho lo que yo no podía hacer: asistir al templo y concederle a mi familia la bendición de las ordenanzas del templo.