Hasta la próxima
El sacerdocio está aquí en la actualidad
Tomado de un discurso de la conferencia general de octubre de 1995.
Qué oscuro sería el mundo si ustedes y yo no tuviéramos las bendiciones del sacerdocio.
¿Se imaginan qué oscura y vacía sería la vida terrenal si no existiera el sacerdocio? Si el poder del sacerdocio no estuviera sobre la tierra, el adversario tendría la libertad de deambular y reinar sin ninguna restricción. No tendríamos el don del Espíritu Santo para dirigirnos e iluminarnos; ni profetas para hablar en el nombre del Señor, ni templos donde hacer convenios sagrados y eternos; ni autoridad para bendecir y bautizar, para sanar y consolar. Sin el poder del sacerdocio “toda la tierra sería totalmente asolada” (véase D. y C. 2:1–3). No habría luz, ni esperanza, solo tinieblas…
[Sin embargo], el sacerdocio de Dios da luz a los hijos de nuestro Padre Celestial en este mundo de oscuridad y tribulación. Por medio del poder del sacerdocio, recibimos el don del Espíritu Santo, que nos guía hacia la verdad, el testimonio y la revelación. Este don está al alcance de hombres, mujeres y niños, por igual…
El glorioso sacerdocio de Dios, junto con la plenitud de sus bendiciones, se ha restaurado sobre la tierra en nuestra época. La restauración del sacerdocio y sus bendiciones dio comienzo en 1820, cuando José Smith, un joven profeta, contempló a Dios el Padre y a Su Hijo, Jesucristo, y habló con los dos en una sagrada arboleda.
Más tarde, otros mensajeros celestiales: Juan el Bautista, Pedro, Santiago y Juan; Moisés, Elías y Elías el profeta; y otros, le confirieron al profeta José Smith el poder, la autoridad y las llaves necesarias para la salvación y exaltación de la humanidad… la Iglesia de Jesucristo se restauró sobre la tierra, juntamente con los Sacerdocios Aarónico y de Melquisedec de la antigüedad. Ahora, de acuerdo con el convenio que Dios hizo con Abraham, todas las personas y familias sobre la tierra pueden ser bendecidas.
Piensen en ello, hermanos y hermanas: el sacerdocio ha sido restaurado y se encuentra hoy sobre la tierra… Bajo la dirección de… profetas, videntes y reveladores, que poseen las llaves de esta dispensación, los poseedores del sacerdocio de la Iglesia hoy día tienen el derecho legítimo de actuar en el nombre de Dios…
Todas las magníficas y eternas bendiciones que Dios ha dispuesto para el hombre, la mujer y la familia sobre la tierra están a nuestro alcance por medio del poder del sacerdocio.