Tu propia Liahona
¿No sería fantástico si pudieras tener un GPS espiritual para guiarte? Con tu bendición patriarcal, lo puedes tener.
A veces pasar por la vida puede parecer difícil. Hay muchos acontecimientos importantes que se aproximan en los próximos años: prepararte para el templo, compartir el Evangelio, escoger una escuela y una profesión. ¡Y solo eres un adolescente! ¿No sería genial si, como Lehi, pudieras encontrar una Liahona afuera de tu puerta; un instrumento que garantizara mantenerte en el camino correcto si tan solo le prestaras atención?
En realidad ya tienes muchas fuentes de guía en tu vida: la oración, las Escrituras, el consejo de tus padres y líderes, las impresiones del Espíritu Santo, la conferencia general, y la lista sigue. Pero aquí tienes otra fuente que añadir a tu lista: una Liahona personal que se conoce como tu bendición patriarcal. Es una revelación personal para ti, acerca de ti, de parte de tu Padre Celestial que te ha conocido desde, bueno, siempre.
Piensa en tu bendición patriarcal como un tipo de GPS espiritual, pero mejor. No solo te permite saber quién eres y dónde estás; también te puede ayudar a entender por qué estás aquí y hacia dónde te deberías dirigir. Pero recuerda, la guía de tu bendición patriarcal requiere que uses los mismos principios que hacían que funcionara la Liahona de Lehi: atención y diligencia (véanse 1 Nefi 16:28; Mosíah 1:16).
Atención y diligencia
¿Qué son la atención y la diligencia? Prestar atención significa hacer más que tan solo escuchar. Otro término similar es prestar oído, que significa escuchar y obedecer. De modo que, para que tu bendición patriarcal sirva como una Liahona en tu vida, debes no solo leerla, sino también seguirla.
“Las Escrituras que se han recibido en todas las dispensaciones nos enseñan que manifestamos nuestro amor por Dios cuando escuchamos Sus mandamientos y los obedecemos”, dijo el presidente Russell M. Nelson, Presidente del Cuórum de los Doce Apóstoles. “Estas dos acciones van juntas. De hecho, el idioma hebreo del Antiguo Testamento casi siempre usa el mismo término al referirse a escuchar (al Señor) y obedecer (Su palabra)”1.
La diligencia es otra clave para aprender de tu bendición patriarcal. La diligencia significa ser meticuloso, atento y persistente. Quiere decir hacer un esfuerzo determinado y constante. “[Es] saber qué espera el Señor de ustedes, diseñar un plan para lograrlo [y] poner el plan en práctica”, dijo el presidente Henry B. Eyring, Primer Consejero de la Primera Presidencia2.
Si quieres que tu bendición patriarcal te sea útil, estúdiala con esfuerzo serio y vigoroso; haz planes para actuar de acuerdo con ella y lleva a cabo esos planes.
Un ejemplo a seguir
Cuando Alma, hijo, habló con su hijo Helamán, dijo que la Liahona es un ejemplo que nosotros podemos seguir en nuestra propia vida. En Alma 37:38–45 dice:
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El Señor la preparó para mostrar, como una brújula, qué camino seguir al viajar.
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Obraba según su fe en Dios, que permitía “milagros que diariamente se obraban por el poder de Dios”.
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Usaba “medios pequeños” para lograr “obras maravillosas”.
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Si Lehi y su familia olvidaban ejercer la fe y la diligencia, entonces “esas obras maravillosas [cesaban]” y “no [progresaban] en su viaje”.
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Cuando se distraían, no seguían un curso directo.
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Es fácil prestar atención a la palabra de Cristo, que nos indica un curso directo.
Esos mismos principios son igual de verdaderos para tu bendición patriarcal. “La vía está preparada, y si queremos mirar, podemos vivir para siempre” (Alma 37:46).