Cuando estén desanimados
La vida tiene sus altibajos. A veces, cuando nos sentimos deprimidos, nos preguntamos qué está haciendo Dios, ¿por qué permite un Padre amoroso que ocurra eso? Este dilema puede hacer que nos preguntemos: “¿Se preocupa realmente Dios por mí de manera individual?”.
En situaciones así, he encontrado estas Escrituras que pueden ser de ayuda:
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Salmos 8:4–5: “¿Qué es el hombre para que tengas de él memoria? … Pues le has hecho un poco menor que los ángeles, y lo coronaste de gloria y de honra”.
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Juan 10:14: Durante Su vida aquí en la tierra, Jesús se describió a sí mismo como “el buen pastor” y agregó: “Conozco a mis ovejas”.
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Moisés 1:39: Este es uno de mis versículos favoritos, en el cual el Señor revela Su propósito al profeta José Smith: “Porque, he aquí, esta es mi obra y mi gloria: Llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna del hombre”, resaltando así Su interés por nosotros de forma individual.
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Lucas 7:11–16: Este relato no solo nos enseña acerca del poder del Salvador sobre la muerte, un recordatorio oportuno en esta época de Pascua, sino que para mí representa el mejor ejemplo de lo mucho que nos tiene presentes en forma individual. De todos los milagros de Jesús, hay pocos tan tiernos y compasivos como el de Su ministración a la viuda de Naín. Tal como comparto en mi artículo (véase la página 12), este relato demuestra el interés y el amor del Salvador por cada uno de nosotros.
Keith Wilson
Profesor adjunto de la Universidad Brigham Young