Jóvenes
En la escuela a la que asisto ahora hay muy pocos miembros. Por tanto, es importante que viva según mis normas porque es la única forma de que la luz del Evangelio brille a través de mí para que los que no son miembros de la Iglesia puedan, en su momento, encontrar su camino hacia ella. Tal vez no ahora, pero algún día recordarán que había un chico extraño que no bebía té helado ni café, que no decía palabrotas y que formaba parte de una iglesia. Quizás algún día mi ejemplo los lleve a donde deben estar.
Puede resultar difícil ser diferente, sobresalir; y muy fácil rebajar tus normas. El ejemplo y la oración de mi familia me ayudan a seguir adelante durante el día. La oración me recuerda que debo mantener mis normas.
Nunca dudes, ni por un instante, que lo que estás haciendo no está bien. La gente siempre trata de hacerte sentir mal por las cosas que no haces; tal vez no seas “buena onda”, y está bien. Tu Padre Celestial y Jesucristo te ven como alguien genial por mantener tus normas. Con el tiempo te darás cuenta de que lo que estás haciendo ahora te hace feliz. Ese es realmente el gozo perdurable que proviene de mantener tus normas. Así que sigue adelante, ¡continúa viviendo según tus normas!
Nathan O., Manila, Filipinas