¡La Iglesia de Jesucristo está restaurada!
Antes de venir a la tierra, vivimos con nuestros Padres Celestiales. ¡Ellos nos amaban! El Padre Celestial tenía un plan maravilloso para nosotros. Vendríamos a la tierra para poder recibir un cuerpo, y aprender y crecer. Luego podríamos volver a vivir en nuestro hogar celestial, pero no lo podíamos hacer solos. Necesitaríamos ayuda.
El Padre Celestial escogió a nuestro hermano mayor, Jesucristo, para que viniera a la tierra a ayudarnos. Jesús nos enseñó la manera de amar a otras personas y obedecer los mandamientos del Padre Celestial. Escogió a apóstoles para que dirigieran Su Iglesia.
Después Jesús sufrió por nosotros en el Jardín de Getsemaní; sintió todos nuestros dolores y sufrimientos. Murió por nosotros en la cruz. Gracias a eso, podemos acudir a Él cuando nos sentimos heridos, estamos tristes, o necesitamos ayuda; nos podemos arrepentir cuando hacemos algo incorrecto.
El tercer día después de que Jesús murió, resucitó; ¡Jesús estaba vivo otra vez! Gracias a eso, nosotros también resucitaremos. Podemos volver a vivir en el cielo después de morir.
Tras Su resurrección, Jesucristo visitó a Sus discípulos en Jerusalén y en las Américas. Pidió a Sus apóstoles que continuaran enseñando a las personas sobre Su evangelio. Muchas personas que escucharon a los apóstoles se bautizaron y se unieron a la Iglesia.
Después que los apóstoles murieron, las personas comenzaron a olvidarse de algunas partes importantes del evangelio de Jesús; dejaron de creer que el Padre Celestial siempre inspiraría a Sus hijos en la tierra. Olvidaron que todas las personas de la tierra tendrían la oportunidad de bautizarse. Dejaron de creer que los profetas y los apostoles siempre dirigirían la Iglesia.
Pasaron muchos años. Al fin llegó el momento de traer de vuelta las partes que faltaban del evangelio de Jesús. ¡Era el momento de restaurar Su Iglesia! El Padre Celestial necesitaba a alguien que fuera un profeta y ayudara a traerla a la tierra de nuevo. Escogió a un joven llamado José Smith.
Un día, José estaba leyendo la Biblia. En Santiago 1:5, leyó que el Padre Celestial contestará nuestras preguntas cuando preguntemos con fe. ¡José tenía una pregunta! Sabía que había muchas iglesias que enseñaban sobre Jesús. Sin embargo, quería averiguar si había una iglesia como la Iglesia de Jesús en el Nuevo Testamento.
Un hermoso día de primavera, alrededor de la época de la Pascua de Resurrección, José fue a una arboleda cerca de su casa. Se arrodilló y comenzó a orar. Entonces, José sintió algo siniestro; Satanás estaba tratando de desanimarlo, pero José continuó orando con todas sus fuerzas.
Entonces bajó una hermosa columna de luz y José vio al Padre Celestial y a Jesucristo. A aquello se le llama la Primera Visión. Ellos dijeron que la Iglesia de Jesús no estaba sobre la tierra, pero pronto lo estaría. La Restauración estaba comenzando.
El Padre Celestial envió ángeles para restaurar importantes partes del Evangelio. El ángel Moroni le dio a José las planchas de oro para que pudiéramos tener el Libro de Mormón a fin de ayudarnos a aprender sobre Jesucristo.
Juan el Bautista trajo de nuevo el Sacerdocio Aarónico para que pudiéramos ser bautizados. Pedro, Santiago y Juan trajeron el Sacerdocio de Melquisedec para que pudiéramos recibir el Espíritu Santo y obtener bendiciones cuando estamos enfermos.
Elías el Profeta vino para que pudiéramos ser sellados con nuestras familias en el templo.
Se organizó La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. ¡Eso significa que la Iglesia de Jesús está otra vez en la tierra! Todas esas cosas son parte de la Restauración.
La restauración del Evangelio continúa hoy en día. Los profetas, apóstoles, misioneros y miembros están compartiendo las buenas nuevas sobre Jesucristo por todo el mundo. Se están edificando templos en muchas tierras para que las personas se puedan sellar a sus familias para siempre y la Iglesia está ayudando a las personas en lugares donde hay hambre o catástrofes.
Todos pueden hacer algo para ayudar con la Restauración. Tú puedes ayudar al aprender sobre tu historia familiar y hacer bautismos en el templo. Puedes pagar el diezmo para edificar iglesias y templos. Puedes pagar la ofrenda de ayuno para ayudar a los necesitados. Puedes hablar a las personas en cuanto a Jesucristo.
Jesús nos dio Su Iglesia para ayudarnos a regresar a nuestro hogar celestial. Podemos tomar la Santa Cena y recordar siempre lo que Él hizo por nosotros. Podemos mostrar amor hacia los demás, tal como Él lo hizo. ¡Podemos ayudar a todas las personas a aprender sobre Su evangelio! ●