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Enseñar a sus hijos a amar el templo
Nunca es demasiado pronto para ayudar a sus hijos a prepararse para el templo.
En su primer discurso público como Presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, el presidente Russell M. Nelson se dirigió a nosotros desde el anexo del Templo de Salt Lake en compañía de todos los Apóstoles. Este era un lugar significativo —un símbolo— para “empezar con el fin en mente”1; un punto central en la senda de los convenios y en la obra de Dios para la exaltación de las familias.
“Ahora bien, a cada miembro de la Iglesia le digo: Manténgase en el camino de los convenios. Su compromiso de seguir al Salvador al hacer convenios con Él y luego guardar esos convenios abrirá la puerta a toda bendición y privilegio espiritual que están al alcance de hombres, mujeres y niños en todas partes”2.
Continuó diciendo: “Las ordenanzas del templo y los convenios que ustedes hagan allí son clave para fortalecer su vida, su matrimonio y su familia, y su habilidad para resistir los ataques del adversario”3.
Por medio de los templos, toda la familia humana puede estar unida. Tanto los jóvenes como los mayores; tanto los vivos como los muertos. El poder del templo puede bendecir a todos.
El ayudar a nuestros hijos a prepararse para el templo puede ser una parte normal y natural de nuestra vida. Mientras el templo y sus bendiciones sean importantes para nosotros, nuestras acciones y nuestras palabras les enseñarán a nuestros hijos a amar el templo también. Cuando los hijos comprendan la importancia de hacer convenios con Dios, es probable que su deseo de prepararse para esos convenios aumente.
A continuación se encuentran algunas ideas sencillas para ayudar a nuestros hijos a aprender a amar el templo mientras se preparan para hacer convenios allí y guardarlos.
Para niños de 3 a 7 años:
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Muestren una imagen del templo en su casa.
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Hablen juntos sobre el templo.
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Donde sea posible, visiten los jardines del templo, tóquenlo o vean fotos en línea.
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Dibujen o construyan una maqueta de su templo con materiales que sean fáciles de conseguir, tales como piedras y lodo, arcilla, plastilina o bloques. Después, hagan lo mismo con un templo diferente.
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Participen en las actividades familiares que se encuentran en FamilySearch.org/discovery.
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Interpreten relatos familiares significativos o preparen recetas familiares tradicionales. Expliquen la importancia de saber acerca de nuestros antepasados.
Para niños de 8 a 11 años:
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Como familia, lean y analicen juntos de manera regular las preguntas de la entrevista para la recomendación para el templo. Animen a sus hijos a ser dignos de una recomendación, independientemente de cuándo podrán asistir.
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Enseñen acerca del poder, de la protección y de la importancia de guardar los convenios y las promesas4.
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Repasen juntos la información y los videos que se encuentran en Templos.LaIglesiadeJesucristo.org, como el recorrido virtual del Templo de Roma, Italia.
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Compartan experiencias personales relacionadas con el templo o relatos de familiares, incluso de parientes lejanos.
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Cuando uno de sus hijos cumpla 10 u 11 años, creen un calendario sencillo para contar los días, las semanas o los meses que faltan hasta que puedan entrar al templo.
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Analicen juntos el relato de las Escrituras sobre el Salvador en el templo a los 12 años (véase Lucas 2:42–51).
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Creen un plan para prepararse para la primera visita de su hijo al templo. En la medida de lo posible, hagan de ello un acontecimiento familiar. Para ayudar a su hijo a sentirse más cómodo, hablen acerca de los aspectos prácticos de los bautismos y las confirmaciones en el templo, tales como qué usar para ir al templo y dentro de él, por dónde entrará al bautisterio, quién lo ayudará, cómo se realizan los bautismos y las confirmaciones, y el orden de lo que sucederá adentro.
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Aprendan a realizar la obra de historia familiar y a preparar nombres de familiares para llevarlos al templo.
Las bendiciones de la obra del templo y de historia familiar
Muchos profetas y apóstoles han hablado acerca de la importancia de la obra del templo y de historia familiar y de las bendiciones que se pueden recibir al participar en ella, incluso el fortalecimiento de nuestros hijos y de las familias. Por ejemplo, el élder Dale G. Renlund, del Cuórum de los Doce Apóstoles, habló de mayor conocimiento del Salvador y de Su expiación, más influencia del Espíritu Santo para disfrutar de fortaleza y guía, más fe, gozo, bendiciones para nuestra familia, amor y aprecio, poder para discernir y protección del adversario5. Podemos ayudar a nuestros hijos a recibir esas bendiciones al invitarlos a participar en la obra del templo y de historia familiar con nosotros.
La obra del templo y de historia familiar es parte de la obra misma de salvación y exaltación. Y la obra de historia familiar puede desempeñar una función muy importante en la preparación para el templo.
El presidente Nelson dijo: “La Casa del Señor es una casa de aprendizaje. Allí el Señor nos enseña a Su propia manera. Allí cada ordenanza enseña acerca del Salvador. Allí aprendemos cómo podemos apartar el velo y comunicarnos más claramente con el cielo […]. Cuán deseosos deberíamos estar todos nosotros de buscar refugio allí”6.
Comenzar hoy
A toda edad, el hacer del templo y la historia familiar una parte normal y natural de nuestra vida nos brindará bendiciones. Hablen sobre el templo cuando viajen juntos. Incorpórenlo en el estudio de Ven, sígueme y en otras conversaciones sobre el Evangelio con su familia. Enseñen a sus hijos que pueden llegar a ser más semejantes al Salvador conforme se preparan para Su templo y entran en él. Cada una de estas cosas ayudará a sus hijos a aprender a amar la Casa del Señor y a prepararse para entrar allí.
La hermana Joy D. Jones, que fue Presidenta General de la Primaria, dijo: “Oro cada día para que nuestros jóvenes y sus familias sientan el amor del Salvador y reconozcan Su Espíritu y lo sigan. Sé que Él los conducirá a Su santo templo y a las bendiciones de la eternidad que se encuentran al recibir las ordenanzas y al hacer convenios con nuestro Padre Celestial”7.
Nunca es demasiado pronto para enseñar a los hijos acerca del templo.
Al dedicar tiempo a compartir experiencias con nuestros hijos, hablar acerca del poder y de la protección que surgen de guardar los convenios, enseñarles sobre la importancia del templo, testificar acerca de cómo nos sentimos dentro de sus paredes, y compartir relatos de nuestros antepasados, podemos fomentar en ellos el amor por el templo en sus primeros años. Al enseñarles a sus hijos a prepararse para el templo y a amarlo, les estarán dando uno de los dones más grandes que les puedan dar: el conocimiento de que las familias son eternas y el deseo de hacer y guardar convenios que unirán a su familia por las eternidades.