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Cómo el templo bendice nuestras vidas diariamente
Mi vida era muy ajetreada, pero sabía que el dar prioridad al templo sería una bendición para mí y mi familia.
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Me encanta el templo; siempre lo he amado.
Lo que más me gusta del templo es la manera en que fortalece el amor entre mi esposa y yo, los lazos con nuestros seis hijos y la sensación general de tranquilidad en nuestro hogar. He experimentado realmente el poder que proviene de hacer y honrar los convenios sagrados del templo y el refugio que estos sagrados edificios nos dan contra las tentaciones y la agitación del mundo.
Cuando mi esposa y yo nos casamos en el Templo de Tokio, Japón, hace diez años, nos propusimos asistir juntos al templo al menos una vez al mes. Pero poco después, la presidencia del Templo de Tokio me llamó a servir como obrero del templo todos los viernes.
Estaba emocionado de poder servir, pero mi vida también estaba un poco ajetreada en ese momento. Estaba en mi último año de la universidad, y era difícil equilibrar los estudios con mi trabajo a tiempo parcial en un bufete de abogados, nuestras visitas mensuales al templo como pareja, y ahora un turno extra en el templo cada viernes.
En medio de ese período extremadamente ajetreado, conversamos con espíritu de oración sobre el asunto como esposo y esposa, y decidimos que siempre haríamos del templo una prioridad en nuestras vidas. Sabíamos que a veces sería difícil, pero queríamos mantener nuestra relación fuerte así como recibir bendiciones y paz en nuestro hogar.
Mediante esos sacrificios de servir en el templo me di cuenta en realidad de la diferencia positiva que el templo hace en mi vida. El templo nos ayuda a crecer espiritualmente de maneras únicas, y las bendiciones que recibimos en nuestros hogares cuando apartamos tiempo para asistir son incomparables.
En los últimos años, el presidente Russell M. Nelson ha destacado la importancia del templo en nuestra vida: “Los ataques del adversario están creciendo de manera exponencial, en intensidad y en variedad. Nuestra necesidad de estar en el templo regularmente nunca ha sido mayor. Les ruego que, con espíritu de oración, observen la manera en que emplean su tiempo. Inviertan tiempo en su futuro y en el de su familia […]. Les prometo que el Señor les proporcionará milagros que Él sabe que necesitan al hacer sacrificios de servir y adorar en Sus templos”1.
A medida que hemos hecho sacrificios para asistir al templo con regularidad, el Señor ha seguido bendiciendo a mi familia y a mí con estos milagros.
He llegado a saber que nuestros profetas y apóstoles hacen hincapié en la importancia del templo en nuestras vidas porque conocen las bendiciones que el Señor nos ofrece cuando entramos en Su santa casa, bendiciones que solo podemos recibir a través de las ordenanzas del templo. Asistir a menudo —o, si no podemos asistir, mantener nuestros convenios y esforzarnos por mantenernos dignos de una recomendación para el templo2— nos ayudará a prosperar espiritualmente y a encontrar la paz, incluso cuando el mundo sea cada vez más turbulento.
Estoy agradecido por los convenios que he hecho y por cómo el templo me ayuda a sentirme cerca del Señor. Y estoy especialmente agradecido por la fortaleza espiritual que el templo ha traído a mi relación con mi familia y a nuestro hogar. A medida que des prioridad al templo en tu vida y te esfuerces por ser “recomendado al Señor”3, experimentarás la alegría y los milagros que el profeta nos ha prometido.