Jóvenes adultos
Recordatorios sencillos para encontrar tu camino en la vida
Descubrir qué deseas hacer en la vida puede ser estresante. Por suerte, no tienes que hacerlo solo.
Millones de personas de todo el mundo miraron por televisión el momento en que los primeros seres humanos caminaron sobre la luna. Mi papá fue uno de ellos. De repente, con tan solo siete años de edad, supo qué quería hacer en la vida.
Cuando se enteró que muchos astronautas comenzaron como pilotos de combate, decidió ahí mismo cuál sería su enfoque en la escuela: ingeniería aeroespacial. Con el tiempo llegó a ser piloto de combate en la marina de los Estados Unidos, con el sueño de convertirse en astronauta.
Cuando yo era pequeño, sentía que mi vida también tenía que estar planeada. Sin embargo, no me resultó tan fácil decidir qué quería hacer. Sentía que no era lo suficientemente listo, dedicado ni valiente para trazar el curso de mi vida y aferrarme a él. Para ser sincero, a veces eso todavía me cuesta.
Con el paso de los años, he aprendido que muchos jóvenes sienten lo mismo. Pocas personas saben exactamente qué camino tomar a temprana edad. La mayoría de nosotros lo vamos descubriendo a medida que avanzamos, ¡y eso está bien! Por suerte, no tenemos que hacerlo solos. Hay ayuda a lo largo del camino.
Recuerda lo más importante
El no estar seguro de qué rumbo deseaba seguir a menudo me hacía sentir intranquilo. Sentía que debía estar haciendo otra cosa o que debía estar en otro lugar. Sentía que había solo una cosa que el Padre Celestial deseaba que yo hiciera, y que si no la hallaba, arruinaría mis oportunidades por la eternidad. Como es de imaginar, ¡eso generaba mucha ansiedad innecesaria en mi vida!
Desde entonces he aprendido que el Padre Celestial nos ha bendecido a cada uno de nosotros con dones espirituales, y que hay muchas cosas buenas que podemos hacer con las que Él estará complacido. No debemos preocuparnos por encontrar el camino único e ideal para nuestra vida. Siempre y cuando vivamos el Evangelio y hagamos y guardemos convenios sagrados, Él nos ayudará a sacar el máximo provecho de nuestra situación actual y a saber cómo avanzar.
Las pequeñas decisiones se acumulan
Cuando recibí mi bendición patriarcal, me llamó la atención una parte: algo que se aplica a todos nosotros. Se me recordó que llegar al Reino Celestial no se logra con un hecho decisivo ni una gran obra. Se logra por medio de las decisiones —grandes y pequeñas— que tomamos cada día, en particular cuando elegimos venir a Jesucristo y vivir Su evangelio.
Cuando actuamos en todas los aspectos de nuestra vida con fe en el Padre Celestial y en Jesucristo, nos preparamos para ser guiados. También descubriremos que donde sea que Ellos nos dirijan será exactamente el lugar en el que querremos estar.
Todo saldrá bien
Aun con los mejores planes, las cosas no siempre resultan como pensamos. Así fue con la vida de mi papá. Él nunca llegó a ser astronauta, pero era el primero en afirmar que el Señor lo guio hacia lo que era mejor para él y su familia.
Las Escrituras nos enseñan: “Escudriñad diligentemente, orad siempre, sed creyentes, y todas las cosas obrarán juntamente para vuestro bien” (Doctrina y Convenios 90:24). Nuestro Padre Celestial y Jesucristo saben de qué modo todas las cosas obran juntamente; también saben qué es bueno para nosotros debido a que nos conocen y nos aman perfectamente.
El Padre Celestial y Jesucristo no esperan que descifremos nuestra vida solos. Si confiamos en Ellos y les permitimos transitar esta vida con nosotros, nos alentarán a seguir adelante y a tomar decisiones que nos ayudarán a aprovechar nuestra vida al máximo.