Voces de los Santos
Mi Testimonio
Mi nombre es Sergio Bonilla. Conocí a los misioneros a través de Facebook.
En ese momento yo estaba alejándome de otra doctrina que había decidido seguir. Siempre fui creyente en Dios y busqué la verdad en muchas partes, pero ninguna iglesia me convencía porque a mi entender muchas de ellas no respetaban las leyes de Dios, sobre todo no respetaban que Dios es amor por sobre todas las cosas.
Siempre me gustó leer la Biblia, ya que amo mucho a Dios. Realmente siempre quise conocerlo en verdad y conocer a Su Hijo Jesucristo.
Los misioneros me contactaron por Facebook y arreglamos para que vinieran a mi casa. El primer día que vinieron pude sentir esa paz y esa bondad que nunca antes había sentido. Fue cuando conocí a los misioneros que verdaderamente pude sentir el amor de Dios y cómo, a medida que aprendía más de Su Hijo, empezaba a cambiar mi vida al sentir la guía del Espíritu Santo. Y así fui conociendo aun más el Evangelio y acercándome más a Dios y a Su Hijo.
Pude hacer amigos que me aconsejaron para bien, amigos que quiero mucho.
Pude sentir que Dios verdaderamente me ama y quiere lo mejor para mí y para mis hermanos.
Hoy puedo decir que estoy en la Iglesia verdadera, que Dios vive eternamente y que Su Hijo Jesucristo es nuestro Redentor y Salvador. Sé que, por Su Expiación, podremos ser limpios de nuestros pecados.
Se que podemos ser felices gracias a esto: que Dios nos ama y que gracias a Su inmenso amor y misericordia podemos volver a Su presencia.
Me bauticé porque siento que verdaderamente esta es la Iglesia verdadera.
Me encantaría seguir aprendiendo más acerca de ese amor que Dios tiene hacia mí, poder amar Su ley y Su obra completamente. Poder predicar las buenas nuevas de Su reino a todas las naciones del mundo; para que el mundo conozca al único y verdadero Dios; para que el mundo sepa que Dios nos ama y que lo único que quiere es que seamos salvos gracias a la gracia de Jesucristo, quien nos redimió.
Relato del élder Lescano, quién predicó a Sergio Bonilla
¿Cómo fue encontrar a Sergio?
En nuestra misión trabajamos mucho con Facebook, en una de las páginas de la misión; hablamos con muchas personas diariamente.
Sergio comentó una de nuestras publicaciones sobre el bautismo y nosotros le hablamos. La idea de hablar con las personas es conseguir su número de teléfono para tener una enseñanza más directa. Luego de unas horas intercambiando ideas, le pregunté si podíamos visitarlo en su casa para poder presentarnos mejor y presentar nuestro mensaje principal. Sergio accedió y al otro día fuimos a su casa.
Llegó el día y, al iniciar la lección, nos dimos cuenta de cuán elegido era este joven. Ambos sentimos que estaba más que preparado para hacer convenios con Dios.
¿Cómo fue el proceso de aprendizaje?
La primera lección fue muy clave para comprender la gran base cristiana y bíblica que Sergio tenía. Él comprendía muy bien la doctrina de Cristo; entendía los mandamientos, aceptaba la voluntad de Dios y sabía que el Espíritu Santo podía guiar su vida. En dos semanas él ya estaba listo para el bautismo.
¿Qué ayudas tecnológicas y espirituales desarrollaron para que Sergio tomase la decisión de bautizarse?
La tecnología nos permitió conocer a Sergio. El Espíritu nos inspiró para ir a su casa y conocer sus bases religiosas. Algo muy relevante en la decisión de Sergio fue poder ganar buenas amistades dentro de la Iglesia. Gracias al buen hermanamiento, él se animó y eso le permitió seguir.
¿Cuáles son las esperanzas de la predicación del Evangelio?
Testifico totalmente que la obra misional sigue y seguirá hasta que Dios así lo quiera. Nada, ni siquiera una pandemia, pudo detener el progreso de la obra, por ende, seguirá vigente la esperanza de encontrar a los escogidos. Sí se puede; yo sé que sí.
¿Qué quisieran implementar para lograr mayor éxito en su trabajo?
Pienso que debemos usar lo mejor de cada etapa misional. Más allá de los años y de las cosas que han cambiado, seguimos predicando el mismo Evangelio, la misma doctrina verdadera, todo centrado en Jesucristo. Podemos usar lo mejor de la tecnología. Tal vez las redes hayan cambiado, pero aun seguimos siendo pescadores de hombres.