“Padre, por favor, ayúdame”, Liahona, septiembre de 2022.
Solo para versión digital: Retratos de Fe
Padre, por favor, ayúdame
En el momento en que vimos al actor que representaba a Jesucristo descender del cielo, supe que el Salvador era la respuesta a mis pruebas.
En julio de 2021, tuve la bendición de trabajar como extra en los nuevos videos del Libro de Mormón, filmados en las montañas al este de Springville, Utah, EE. UU. Estábamos filmando escenas que ocurrieron después de la “destrucción grande y terrible” (véase 3 Nefi 8:11–12) en el Nuevo Mundo, que testificó de la crucifixión del Salvador en el Viejo Mundo.
Durante la filmación, mi hermano Byron yacía en una cama de hospital en California, EE. UU., mientras mi nieta recién nacida lo hacía en un hospital en Salt Lake City, Utah. Byron estaba muriendo de cáncer y no se esperaba que mi nieta, con un grave defecto de nacimiento, viviera.
Cuando mi esposo y yo llegamos al hotel después del segundo día de filmación, mi hermana me llamó, preocupada por Byron.
“No sé qué sucede”, dijo. “Byron no contesta el teléfono ni los mensajes”.
De mis cinco hermanos, yo era la que estaba más apegada a Byron. Él era el segundo hijo y yo era la menor, y él a menudo me cuidaba cuando era pequeña. Nos criamos en circunstancias humildes en Guatemala, no teníamos televisor, pero nos teníamos el uno al otro. Éramos pobres, pero felices.
Extrañé a Byron cuando se mudó a los Estados Unidos con la esperanza de ayudar económicamente a nuestra familia. Encontró trabajo como conductor de autobús para una empresa de turismo. Años más tarde, me mudé a los Estados Unidos, me casé y me uní a La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Después de mi bautismo, mis padres también se unieron a la Iglesia. Cuando mi esposo y yo nos establecimos en el sur de Utah, veía a Byron cada vez que llevaba turistas a los centros de visitantes del Templo de St. George, Utah, y del Templo de Salt Lake.
“Algo muy especial”
Cuando hablé con Byron acerca de la Iglesia, me dijo: “Los Santos de los Últimos Días tienen algo muy especial. Cuando hablo con las personas de los centros de visitantes, me doy cuenta de que son personas buenas y amigables”. Accedió a reunirse con los misioneros de tiempo completo, pero siempre estaba trabajando y casi nunca en casa.
Byron se sometió dos veces a tratamientos contra el cáncer de esófago con buenos resultados. Sin embargo, en 2020, el cáncer regresó. En junio de 2021, apenas estaba lo suficientemente bien como para viajar a Guatemala para una reunión familiar que duró un mes. Nuestro padre había fallecido anteriormente ese mismo año y nuestra madre en 2015, cuatro años después de haberse sellado en el Templo de la Ciudad de Guatemala, Guatemala. Ver a sus hermanos por última vez fue el último deseo de Byron en oración.
Dos semanas después de regresar a California, fue hospitalizado y ahora se encontraba en coma.
Yo no pude asistir a la reunión familiar porque mi hija Angie necesitaba mi ayuda y apoyo. El 3 de junio, su primera hija, Athena, nació con una hernia de diafragma y los cirujanos la operaron tres días después. No tenían esperanzas de que sobreviviera.
Afortunadamente, mi esposo y yo estábamos cerca de ellos durante ese tiempo de prueba. Cada tarde, después de terminar mi trabajo en la filmación de los videos del Libro de Mormón, Angie dejaba su vigilia en el hospital y se reunía con nosotros en el hotel, donde la consolábamos y orábamos por Athena.
“Todo está bien”
Cuando llegué al sitio donde estábamos filmando el día después de la llamada telefónica de mi hermana, me encontraba cansada y triste. “Padre, por favor, ayúdame”, oré. “Suceden tantas cosas difíciles en mi vida en este momento”.
Antes de que los actores y los extras se reunieran para filmar la escena en la que el Salvador resucitado desciende del cielo (véase 3 Nefi 11:8), se nos dijo que pensáramos en Él y en lo que Él significa para nosotros. Al tratar de concentrarme en el Salvador durante la escena, mis pensamientos se dirigieron a mi familia. En mi mente, vi a mi padre, a mi madre y a Byron. En ese preciso momento, escuché la voz de Byron.
“Todo está bien”, dijo. “Estoy bien”.
Sentí tanta esperanza y consuelo como si realmente estuviera en la tierra de Abundancia cuando Jesús vino a enseñar y sanar al pueblo, mostrándoles Su cuerpo. Sabía que Él era la respuesta a mis pruebas, que podía contar con la ayuda de Él y del Padre, y que las cosas suceden por alguna razón.
Esa noche, me enteré de que Dios había llevado a Byron de vuelta a casa. Estoy agradecida por la fe que tengo de que lo volveré a ver a él y a mis padres. También estoy agradecida de que Dios haya escuchado nuestras oraciones por Athena. Después de pasar ochenta y ocho días recuperándose en la unidad de cuidados intensivos neonatales, finalmente pudimos llevarla a casa.
Muchos de los que participamos en los nuevos videos del Libro de Mormón sentimos el Espíritu y el fortalecimiento de nuestro testimonio. Al pensar en esa experiencia y contemplar el futuro, me pregunto: “¿Estoy haciendo todo lo posible por prepararme para la segunda venida del Salvador y ser digna de Su presencia?”.
Participar en los videos fue una gran bendición en mi vida. Sé que otras personas también serán bendecidas al leer el Libro de Mormón y ver los videos del Libro de Mormón.