“Un modelo para no sentirse estancado”, Liahona, septiembre de 2022.
Un modelo para no sentirse estancado
“Y Jesús crecía en sabiduría, y en estatura y en gracia para con Dios y los hombres” (Lucas 2:52), y nosotros también podemos hacerlo.
Sentirse estancado
Mientras nos esforzamos por vivir el Evangelio como adultos solteros, puede ser difícil no centrarnos en ciertos aspectos de nuestra vida que desearíamos que fueran diferentes. A veces parece que hemos llegado a un punto muerto en nuestro progreso. Para mí, esos sentimientos de estar estancado en ciertas áreas parecen aumentar o disminuir, y pueden acompañarme durante días, meses, y gradualmente incluso años. Siempre he tenido muchos motivos para ser feliz y sentirme bien en cuanto a la vida, pero en un momento dado, esa sensación de estancamiento me afectó particularmente.
Durante aquel tiempo, mi sobrino adolescente pidió pasar tiempo conmigo. Reconoció que necesitaba tener metas en su vida y me pidió consejo. No me sentía en una posición muy fuerte para ofrecer gran sabiduría, pero lo escuché. Sabía que podía “clamar” a Dios a fin de que me ayudara (véase Alma 34:17–27) y oré para poder decirle algo que le resultara significativo. Como respuesta, recordé Lucas 2:52: “Y Jesús crecía en sabiduría, y en estatura y en gracia para con Dios y los hombres”.
Al esforzarme por centrarme en las necesidades de mi sobrino en lugar de las mías, algo comenzó a cambiar en mí. Mi sobrino y yo hablamos de cómo Cristo creció espiritual, social, física e intelectualmente, y de cómo nosotros también podemos hacerlo. Aunque las necesidades de mi sobrino eran diferentes a las mías, esos cuatro aspectos de crecimiento eran pertinentes para ambos. Mientras hablaba de aquel pasaje de las Escrituras, me di cuenta de que estaba respondiendo mis propias preguntas sobre cómo desestancarme.
Cambiar mi perspectiva, actuar según lo planificado
Cuando me esforcé por crecer como el Salvador crecía, mi perspectiva cambió y ese cambio trajo bendiciones adicionales. Como dijo el presidente Russell M. Nelson: “el gozo que sentimos tiene poco que ver con las circunstancias de nuestra vida, y tiene todo que ver con el enfoque de nuestra vida”1. Mis esfuerzos por llegar a ser más como Jesucristo me ayudaron a desviar la atención de las circunstancias que habían consumido mi forma de ver las cosas y a dirigirla a áreas en las que podía esforzarme de manera productiva. Pude pasar de la contemplación interior a la acción exterior.
Consideré fervientemente cómo podría crecer en cada área que se menciona en Lucas 2:52, desde asistir con más frecuencia al templo hasta participar en una larga carrera en bicicleta.
En cada aspecto de mis metas, hice algunas observaciones:
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Mientras trabajaba en una meta, con frecuencia sentía que Cristo me fortalecía espiritual, social, física e intelectualmente, todo dentro de la misma meta.
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Rara vez, por no decir ninguna, las metas se lograban de modo aislado de los otros aspectos de crecimiento; parecían influirse y edificarse unas a otras. Las mejoras en un aspecto conducían a mejorar en todos los demás aspectos. El descuidar un aspecto también afectaba a todos los demás. Me di cuenta de que cada aspecto merece atención.
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Casi todas las metas incluían a otras personas— ya sea aprender de ellas o compartir pensamientos y experiencias con ellas— y profundizaron nuestras relaciones.
Encontrar el gozo en Cristo y compartirlo
Continuamente tengo la oportunidad de ver y sentirme inspirado por el crecimiento de los demás, y espero poder hacer lo mismo por ellos. Hace poco hablé con un amigo soltero que se siente estancado y frustrado con algunas circunstancias de la vida. Escuché a fin de entenderlo, y luego pude compartir las experiencias que me ayudaron a mí y también mencionar cada aspecto de crecimiento en conexión con el Salvador.
Aunque no todos los aspectos de la vida que me habían hecho sentir estancado hace años han cambiado, yo he cambiado a medida que he aprendido a centrarme más en el Salvador y esforzarme por crecer como Él. Como compartió el presidente Nelson: “… hay muchas cosas que sí podemos controlar. Nosotros mismos fijamos nuestras prioridades y decidimos cómo usamos nuestra energía, nuestro tiempo y nuestros medios […]. Nosotros elegimos a quién acudiremos para recibir verdad y guía”2. Cualesquiera que sean nuestras circunstancias, los aspectos de crecimiento de Lucas 2:52 pueden ayudarnos a cambiar nuestra perspectiva, y a encontrar gozo y progreso adicionales por medio del Padre Celestial y del Salvador.
El autor vive en Tennessee, EE. UU.