2022
Un día a la vez
Septiembre de 2022


“Un día a la vez”, Liahona, septiembre de 2022.

Voces de los Santos de los Últimos Días

Un día a la vez

Agradecemos a los maravillosos miembros de nuestro barrio, quienes nos ayudaron con nuestro hijo autista.

Un joven

Josh durante un viaje reciente al templo.

Fotografía de Joshua por cortesía del autor

Cuando nuestro hijo Joshua tenía 18 meses, notamos cosas extrañas en su comportamiento. Josh podía recitar casi todas las palabras de cada canción de los programas de televisión que veía, pero se demoraba en aprender a hablar. Un día, mi suegra dijo que Josh mostraba señales de autismo. Los especialistas nos dijeron lo mismo.

Mi esposa, Elizabeth, se sumergió en textos sobre el autismo. También inscribió a Josh en programas para ayudarle. Estaba decidida a que tuviera el mejor comienzo posible en la vida que pudiéramos darle.

En los días en que me estresaba en cuanto al futuro, Elizabeth me calmaba. Me decía que debíamos tomar las cosas un día a la vez.

“Debemos apreciar cada cosa nueva que Josh aprende en lugar de centrarnos en todas las incógnitas del futuro”, dijo.

A medida que crecía, Josh se tornaba más inquieto en la Iglesia. Para evitar que interrumpiera en la Primaria o hiciera daño a los niños, lo sostenía en mi regazo. Se movía, rasguñaba y luchaba conmigo durante las tres horas en la capilla. A menudo, yo llegaba a casa magullado y exhausto.

“¿Por qué no lo dejamos en casa los domingos y nos turnamos para quedarnos con él?”, sugerí.

“Si no seguimos llevándolo”, respondió Elizabeth, “aprenderá que si se porta mal, puede dejar de ir a la capilla”. Yo sabía que tenía razón.

Un día, la madre de otra familia con un hijo autista me dijo: “Cuando Josh cumpla ocho años y reciba el Espíritu Santo, ¡se portará mejor de inmediato!”.

Dudé de sus palabras, pero cuando cumplió ocho años, recibió el Espíritu Santo y se portó mejor; un poco.

Al crecer, Josh recibió el sacerdocio. Repartió la Santa Cena y aprendió la importancia del servicio. Los miembros de su cuórum del sacerdocio aprendieron un baile de un video musical de la década de 1980 con Josh y lo presentaron en una fiesta del barrio.

Nuestro barrio era maravilloso con Josh. Los miembros sonreían cuando él repartía la Santa Cena mientras hacía algunos movimientos de baile de la década de 1980.

Josh tiene 17 años ahora. Es un músico talentoso que escribe canciones. Le encanta actuar y se presenta regularmente en la escuela y en el teatro de la comunidad.

Estamos agradecidos de ser los padres de Josh y compartir su travesía. No estamos seguros de lo el futuro depare, pero estamos comprometidos a vivir plenamente cada día con Él.