Voces de Miembros
“Resistir un poco más”
Han sido semanas desalentadoras para una misionera que tuvo que volver a casa por problemas de documentos. Creía que mi gran deseo de servir haría que el Señor pusiera todo más fácil para mí, pero mientras más tiempo pasaba más difícil y lento se volvía el proceso. Estar en casa sin una asignación y sin ninguna esperanza de retornar a la misión hacía mis días más difíciles.
Con toda esta experiencia, tuve la oportunidad de centrar mi vida en Cristo desde casa; y aunque en muchas oportunidades me sentí sola y abandonada por mis líderes, me esforcé por mantener mi buen ánimo y me animaba a mí misma con el himno “¡Oh, está todo bien!”1. Pensaba en los santos que tuvieron que pasar por dificultades mucho más duras de las que yo estaba pasando, y eso me permitía resistir un poco más.
Durante este tiempo tuve la oportunidad de servir en el templo. Como obrera del Señor, he servido todos los días sin falta y he hallado gozo en sus santas ordenanzas, pero aun así el no estar en la misión me entristecía el corazón, pero cada día que iba al templo encontraba consuelo en servir a otros, tanto vivos como a los que están del otro lado del velo. Nunca en toda mi vida había demostrado tanto amor a mis hermanos como lo hice al servir en el templo.
Al servir cada día en la Casa del Señor, he recibido el consuelo de mi Salvador. Yo sé de Su infinito amor, el templo es Su casa y es mi refugio. Amo cada desafío que he tenido. No significa que no sean dolorosos, sin embargo, me esfuerzo por mantenerme firme y con mi Salvador al lado puedo resistir cada una de las pruebas y cuando esté lista volveré con Él.