Liahona
Élder Patrick Kearon: Preparado y llamado por el Señor
Mayo de 2024


“Élder Patrick Kearon: Preparado y llamado por el Señor”, Liahona, mayo de 2024.

Nuevos llamamientos

Élder Patrick Kearon: Preparado y llamado por el Señor

El Señor ha preparado al élder Kearon de maneras únicas y lo ha investido con una variedad de dones espirituales que le permitirán bendecir a los demás en su sagrado llamamiento como testigo especial “del nombre de Cristo en todo el mundo”.

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Élder Patrick Kearon

Un sábado, varios años después de haber sido llamado como Setenta Autoridad General, el élder Patrick Kearon y su esposa, Jennifer, estaban entrando en un supermercado cuando el élder W. Rolfe Kerr y su esposa, Janeil, salían. Conversaron brevemente y luego los Kerr se dirigieron a su auto.

Casi de inmediato, un hombre se acercó al élder Kearon y le preguntó con entusiasmo: “¿Era una Autoridad General con quien estaba hablando?”. El élder Kearon respondió: “Sí. Era el élder W. Rolfe Kerr, de los Setenta”. El hombre asintió, miró directamente al élder Kearon sin reconocerlo y dijo: “Siempre se puede distinguir a una Autoridad General, ¿verdad?”. Luego el hombre se marchó rápidamente.

“Me encanta esa historia porque representa muy bien lo que siento”, dice el élder Kearon con una sonrisa. “Hoy yo podría tener la misma experiencia y ese hombre probablemente seguiría sin distinguirme entre la multitud como Autoridad General”.

La humildad y las bromas sobre sí mismo del élder Kearon se han ganado el cariño de quienes lo conocen o han tenido el privilegio de servir junto a él. Llamado y ordenado como miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles el 7 de diciembre de 2023, el élder Kearon sabe que su nuevo llamamiento no tiene tanto que ver con él como con la obra continua del Señor.

“Todos formamos parte de Su obra”, dice él, “al tratar de ayudar a las personas a sentir Su luz, Su amor y Su cuidado. Lo que Él desea que hagamos como miembros de Su Iglesia es bendecir la vida de los demás”.

El Señor ha preparado al élder Kearon de maneras únicas y lo ha investido con una variedad de dones espirituales que le permitirán bendecir a los demás en su sagrado llamamiento como testigo especial “del nombre de Cristo en todo el mundo” (Doctrina y Convenios 107:23). Converso a la Iglesia a los veintiséis años y el único miembro de la Iglesia entre sus hermanos, el élder Kearon es un hombre de profunda empatía que sabe escuchar y consolar a los hijos de Dios y conectarse con ellos. Es caritativo por naturaleza y encuentra gozo en el servicio. Conmovido por tiernas experiencias y la pérdida de sus seres queridos, testifica que el Salvador Jesucristo, mediante Su Expiación, ofrece un bálsamo sanador y hará que un día todo esté bien.

El élder Kearon es un auténtico discípulo de Jesucristo que confía en el Señor. Es un líder fácil de seguir porque está dedicado a seguir al Salvador y a guiar a las personas hacia Él.

“El Señor”, dice el presidente Jeffrey R. Holland, Presidente en Funciones del Cuórum de los Doce Apóstoles, “ha guiado a Patrick al puesto que ahora ocupa”.

Padres amorosos y dedicados

Patrick Kearon nació en Carlisle, Cumbria, en el norte de Inglaterra, el 18 de julio de 1961, y es hijo de Paddy y Patricia Kearon. Cuando sus padres se conocieron, estaban sirviendo en las fuerzas armadas británicas durante la Segunda Guerra Mundial: su madre como enfermera del ejército en India y Birmania y su padre en la Real Fuerza Aérea (RAF, por sus siglas en inglés), desplegado en Francia, África del Norte y Sicilia, Italia.

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Padres del élder Patrick Kearon

El élder Kearon recuerda a sus padres, Paddy y Patricia, por sus vidas ejemplares de dedicación, servicio y sacrificio.

Aunque no asistían regularmente a la iglesia, llevaron vidas de dedicación a la familia, servicio y sacrificio que dejaron una impresión duradera en Patrick, el menor de los cinco hijos del matrimonio. Él recuerda a Pat como una “madre extraordinaria” y amorosa que guiaba de manera gentil, más que nada por medio del ejemplo y nunca criticaba a nadie. Ella era generosa, constante y extraordinariamente equilibrada. También recuerda a Paddy por “su energía, bondad y calidez incontenible; su amor por […] los desiertos áridos de Arabia [y] las frondosas colinas ondulantes de Inglaterra e Irlanda; y su pasión por el cielo, el sol y el mar. Puedo reconocer claramente su impronta en mi propio anhelo de estar afuera, al aire libre, sintiendo el viento y la luz del sol”.

Después de su servicio en la RAF, el padre del élder Kearon fue a trabajar como contratista militar en Arabia Saudita. Patrick, de siete años, aprendió allí una importante lección sobre la obediencia, como relató de manera memorable en su primer discurso de conferencia general como Autoridad General. Haciendo caso omiso de las instrucciones de sus padres de usar zapatos durante un viaje de campamento en el desierto, fue a explorar en “chanclas” y sufrió una picadura de escorpión en el arco del pie.

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Patrick Kearon de niño

Patrick Kearon de niño en Arabia Saudita.

Tres años después, el joven Patrick se encontraba en un internado en Inglaterra, sintiendo gran soledad lejos de sus padres, una soledad que solo se mitigaba con las cartas de aliento de ellos.

“Las cosas para Harry Potter en Hogwarts definitivamente eran sencillas en comparación. Fue difícil”, dice él sobre el internado. “Volvía a casa solo para Navidad, Pascua de Resurrección y el verano. Hacía pequeños calendarios en hojas de papel y marcaba una línea en cada día, contando los días que faltaban para que pudiera regresar con mi familia”.

Unos años más tarde, mientras Patrick estaba en su segundo internado en Inglaterra, una fuerte tormenta llegó desde el mar de Irlanda. La marea resultante inundó cinco mil casas de los alrededores. Patrick y sus compañeros de clase fueron llamados a ayudar con la limpieza generalizada.

“Todavía recuerdo el peso de las alfombras empapadas y el hedor de todo ello”, dice él. “No obstante, recuerdo que me puse manos a la obra y terminé el trabajo con mis amigos de la escuela, y recuerdo a las personas y su gratitud”.

Tal vez esa experiencia fue el primer vistazo que tuvo Patrick de las bendiciones en común de prestar y recibir servicio. Más tarde, se dio cuenta de que sus sentimientos adolescentes de inseguridad habían desaparecido “al participar de lleno en la gran labor de ayudar a nuestros vecinos”.

Después de la escuela secundaria, Patrick regresó a Arabia Saudita, donde comenzó una capacitación de administración en un conglomerado multinacional de empresas de alimentos y bebidas. Esa experiencia dio inicio a su trabajo en varias industrias, que con el tiempo finalizó en una consultoría de comunicaciones en Inglaterra con la hermana Kearon.

“Mi mundo cambió por completo”

Cuando Patrick tenía diecinueve años, perdió a su padre y a su cuñado en un trágico accidente automovilístico en Arabia Saudita. “Mi mundo cambió por completo con la pérdida de ellos”, dice. La mano de su padre que lo guiaba, su amoroso aliento y su alegre visión del mundo se habían ido. Perdido en el dolor y en el vacío durante un tiempo, Patrick regresó a casa a Inglaterra con su madre, pero con el tiempo regresó a trabajar en Arabia Saudita.

“Tuve todo tipo de oportunidades valiosas para aprender, crecer y ver cómo funcionaban los negocios”, dice él. Él estaba especialmente agradecido por “un jefe maravilloso que me capacitó, me guio y llegó a ser un querido amigo. Él fue una de varias figuras paternas con las que he sido bendecido desde la muerte de mi padre”.

Más tarde, mientras trabajaba de vuelta en Londres, Patrick conoció a algunos miembros de la Iglesia.

“Fueron grandes ejemplos de nuestra fe”, recuerda él. “Uno de ellos era de California, y fui y me quedé con esa familia mientras trabajaba allí”.

Esa experiencia le dio a Patrick un maravilloso cimiento de comprensión de la Iglesia. Le conmovió el gozo que la familia hallaba en el servicio, pero tenía muchas preguntas sobre la doctrina y las creencias de la Iglesia. Sin embargo, dos años después, de vuelta en Inglaterra, conoció a unos “misioneros impresionantes” en las calles de Londres. Después de hablar del Evangelio con ellos durante varios meses y de que se le dijera que no estaba progresando hacia el bautismo, le preguntaron si le gustaría recibir una bendición.

“Acepté recibir una bendición de un misionero mayor que conocía”, recuerda él. “Lo que sentí durante esa bendición fue un momento clave en mi conversión. Fue un sentimiento absolutamente innegable de luz, gozo y paz que ninguna palabra puede describir. Las palabras de la bendición resultaron inspiradas y definitivamente proféticas”.

Esa experiencia, junto con “una serie de otras cosas en mi progreso hacia el bautismo”, condujero a Patrick a obtener un testimonio del Salvador y de Su Iglesia restaurada. Un par de meses más tarde, en la víspera de Navidad de 1987, fue bautizado como miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

Para quienes buscan un testimonio, el élder Kearon dice: “Escojan la fe y respondan a la invitación que se encuentra en Alma 32. Sigan sus sentimientos espirituales. Ellos los guiarán y ustedes lo sabrán”.

“Una fuente de fortaleza”

Dos años después de su bautismo, Patrick asistía a un barrio de jóvenes adultos solteros en Londres cuando conoció a Jennifer Hulme, de Saratoga, California, una estudiante de la Universidad Brigham Young. Jennifer había ido a Londres durante seis meses para estudiar Historia del Arte y Literatura Inglesa. Era la menor de ocho hermanos y había sido criada en la Iglesia.

Casi de inmediato, Patrick le llamó la atención.

“Al verlo relacionarse con las personas del barrio, vi la forma en que él las trataba”, dice Jennifer sobre Patrick. “Ya fuera un miembro nuevo, un miembro que regresaba, alguien que estaba teniendo dificultades o un amigo cercano, él trataba a todos con el mismo tipo de amor e interés genuinos. Esa cualidad fue lo primero que me atrajo de él. Es una cualidad que lo he visto desarrollar y que Dios ha puesto a buen uso a lo largo de los treinta y tres años que hemos estado casados”.

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El élder y la hermana Kearon

El amor y el respeto que se profesan el élder y la hermana Kearon les permite trabajar unidos en la fe.

Luego de su noviazgo, la pareja se casó en el Templo de Oakland, California, en enero de 1991. Luego criaron a su familia en Inglaterra durante diecinueve años hasta que el élder Kearon fue llamado en 2010 como Setenta Autoridad General, después de haber servido en varios llamamientos de liderazgo, entre ellos como presidente de estaca y Setenta de Área. Estaba sirviendo como Presidente Mayor de los Setenta cuando fue llamado al Cuórum de los Doce Apóstoles.

El élder Kearon dice que su esposa es una discípula fiel que conoce su verdadera identidad. “Vive una vida feliz, positiva, constructiva, servicial y gozosa, con el Salvador en el centro de todo ello. Ella ha sido una fuente de fortaleza y una enorme bendición para mí desde el momento en que nos conocimos”.

Susannah, la segunda de las tres hijas del matrimonio, dice que a su madre le encanta dar de sí misma: “Está llena de vida y luz, y siente pasión por el Evangelio”. Al igual que su padre, su madre es una “excelente oyente”.

Susannah y sus hermanas dicen que el amor y el respeto que sus padres se profesan les permite trabajar unidos en la fe para lograr objetivos comunes. Se escuchan el uno al otro, se respetan y aprecian mutuamente sus pensamientos y opiniones.

Emma, la hija menor del matrimonio, dice que la relación armoniosa y el amor sincero de sus padres por sus hijos “ha hecho que el ambiente hogareño sea muy feliz y seguro”.

Lizzie Kearon Staheli, la mayor, dice de su padre: “Papá ve a las personas con ojos semejantes a los de Cristo. Siempre está ansioso por alentar y empoderar a las personas. Él ve el potencial en todos, sean cuales sean sus circunstancias”.

Emma agrega: “Él está lleno de fe y ama el gozo que el Evangelio le brinda. Al haber encontrado el Evangelio restaurado de adulto, aprecia la diferencia que este marca en nuestra vida como fuente de luz y gozo”.

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Familia del élder y la hermana Kearon

El élder Kearon llama a sus hijas, Lizzie (en la fotografía con su esposo, Jonathan), Susannah y Emma, “la luz más hermosa de nuestra vida, nuestros mayores tesoros”.

Jean B. Bingham, quien fue Presidenta General de la Sociedad de Socorro, describe al élder Kearon como una persona tranquila bajo presión. Recuerda una ocasión en la que ella, el élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles, el élder Kearon y otras personas se hallaban varadas en el extranjero durante un levantamiento político. Bajo la dirección del élder Bednar, el élder Kearon pasó horas en un teléfono satelital trabajando con los funcionarios locales y los representantes de la Iglesia para establecer un camino para su traslado.

“Su naturaleza tranquila, sus esfuerzos concentrados y sus ideas inspiradas dieron como resultado una solución que nos permitió una salida segura”, dice la hermana Bingham.

En diciembre de 2021, la familia se sorprendió al enterarse de que a la hermana Kearon se le había diagnosticado cáncer de mama.

“Nunca pensé que el cáncer me iba a afectar a mí o a nosotros”, dice la hermana Kearon. Ella calificó de extremadamente difícil el tratamiento subsiguiente, pero el Salvador fue su fuente de fortaleza en todo momento. “Todavía estoy recibiendo quimioterapia oral, pero agradezco poder decir que estoy libre de cáncer hasta donde los médicos pueden comprobar”.

El élder Kearon dice: “Jen ha sido firme e impecablemente fiel en todo. Damos gracias todos los días por su salud y damos gracias por el excepcional cuidado que se le ha dado”.

Al igual que con otras pruebas que ella y su esposo han experimentado, la hermana Kearon dice: “La vida nos presenta cosas que simplemente no queremos hacer. No nos gustan, no las pedimos, pero tenemos que enfrentarlas de todos modos. La mejor manera de afrontar las cosas que son francamente difíciles es acudir al Señor y pedir Su fortaleza, poniendo nuestra fe en Jesucristo y en Su gracia y poder. Hace mucho tiempo, aprendí mucho acerca de cómo el Salvador nos socorre en nuestros momentos más profundos y oscuros”.

El élder y la hermana Kearon adquirieron ese sagrado conocimiento después del nacimiento de su primer hijo, Sean.

“La roca de la Expiación de Jesucristo”

Durante el primer embarazo de la hermana Kearon, la pareja se enteró temprano, por medio de ecografías, que su bebé tenía “una anomalía cardíaca complicada, una dolencia que ponía en peligro su vida”, dice el élder Kearon. “Pasamos el resto del embarazo buscando a los mejores médicos, cardiólogos y cirujanos cardiólogos equipados para tratar su problema en particular. Encontramos un equipo de primera clase en Londres y confiaban en que podían solucionar el problema”.

Los cirujanos operaron a Sean cuando tenía diecinueve días. La operación fue larga y laboriosa. Más tarde, dice el élder Kearon, “el pequeño corazón de Sean no pudo volver a funcionar, así que lo perdimos. Su muerte fue intensamente dolorosa. Ese no era el resultado por el cual habíamos ayunado, orado y suplicado, pero sabíamos que la mano del cielo estaba en esa experiencia”.

La hermana Kearon dice: “Dios nos condujo durante esos meses de embarazo y la hermosa y breve vida de nuestro hijo de tal manera que, al final, sabíamos que habíamos hecho todo lo que podíamos por él. Fue un enorme consuelo”.

La sanación provino de una mayor comprensión de la Expiación y Resurrección del Salvador que la hermana Kearon obtuvo de un estudio profundo de 1 Nefi y 2 Nefi. “En el dolor de nuestra pérdida, me sentía como si estuviera dando vueltas en un agujero negro”, dice ella. “Y sin embargo, una y otra vez, esa caída libre fue detenida por la roca de la Expiación de Jesucristo, porque es verdadera. Su gracia, Su realidad viviente, hacen que incluso las pérdidas más dolorosas sean soportables y esperanzadoras”.

La sanación llegó con el nacimiento de las tres hijas del matrimonio. “Ellas trajeron consigo sanación”, dice el élder Kearon. “Son la luz más hermosa de nuestra vida, nuestros mayores tesoros”.

La sanación provino de las palabras de líderes inspirados de la Iglesia, incluido un discurso de conferencia general del élder Lance B. Wickman, en el que el élder Wickman contó en cuanto al dolor de caminar por los pasillos desiertos de un hospital mientras su propio hijito moría de una enfermedad infantil. “El élder Wickman enseña que ‘creer es ver’ y que la fe es confianza en el Señor”, dice el élder Kearon. “Su discurso fue enormemente valioso para mí debido a su claro entendimiento de tal experiencia. Eso fue magnificado por la cantidad de veces que lo leí y lo escuché”.

Además, la sanación se produjo al ministrar a otras personas en sus pérdidas, ya fueran refugiados en Europa, los abusados, maltratados u oprimidos u otros líderes de la Iglesia como el élder Paul V. Johnson, de la Presidencia de los Setenta, que había perdido a una hija debido al cáncer dos meses antes de unirse al élder Kearon en la Presidencia del Área Europa en 2015.

“Él y la hermana Kearon fueron maravillosos al ayudarnos en ese momento de duelo y sanación”, dice el élder Johnson. “Fueron muy sensibles a nuestra situación. Siempre los he amado por eso”.

Así es el camino del discipulado. Llevamos las cargas los unos de los otros, lloramos con los que lloran, consolamos a los que necesitan de consuelo y somos testigos de Dios y de la promesa eterna de reencuentros gozosos hechos posibles mediante la Expiación de Jesucristo (véase Mosíah 18:8–9).

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El élder Kearon saluda a algunos miembros

El élder Kearon saluda a los miembros del Área Europa Este.

Entonces, cuando llegan los momentos difíciles, ese amor sanador y bálsamo ministrante son correspondidos. Como Apóstol del Señor Jesucristo, el élder Kearon está preparado para compartir con todo el mundo ese mensaje de esperanza, sanación y paz del Evangelio.

“¿Por qué tenemos pruebas difíciles?”, pregunta el élder Kearon. “Porque venimos a la tierra a aprender, a progresar, a ser santificados, y a amar a nuestro Padre Celestial y a nuestro Salvador y a confiar en ellos. Por ahora, no podemos verlos y Ellos no pueden abrazarnos, pero las bendiciones de la Expiación del Salvador son infinitas, ¡infinitas!”.

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