Liahona
La interpretación de idiomas para la conferencia general
Mayo de 2024


“La interpretación de idiomas para la conferencia general”, Liahona, mayo de 2024.

Entre bastidores

La interpretación de idiomas para la conferencia general

Una hora antes de cada sesión de la conferencia general, cientos de especialistas en idiomas se reúnen en un gran salón para dar los últimos retoques a los discursos de la conferencia que se han traducido y que se interpretarán a uno de los 103 idiomas.

Una vez que comienza la conferencia, tienen una sola oportunidad. Tiene que salir bien y tiene que salir bien a la primera. Una interpretación eficaz requiere cadencia, inflexión, pronunciación clara y dominio del idioma, al mismo tiempo que transmite la emoción y la intención del orador en el púlpito con el mismo espíritu con el que se creó el mensaje.

Más de 800 hablantes nativos y exmisioneros interpretaron partes de esta conferencia general. Aproximadamente la mitad pronunció los mensajes desde Salt Lake City, Utah, EE. UU., mientras que la otra mitad transmitió sus interpretaciones desde sus países de origen. Algunos de ellos también participan en la traducción de los discursos de la conferencia en las semanas previas a la conferencia general.

Durante la transmisión, los intérpretes, que por lo general trabajan en equipos de cuatro a seis personas por sesión, leen cada mensaje en una cabina insonorizada situada en el edificio de las Oficinas Generales de la Iglesia o en lugares designados de todo el mundo. Los intérpretes, que utilizan auriculares para escuchar el discurso en inglés, observan un monitor para sincronizar su interpretación con el discursante. Los intérpretes deben mantener dos conversaciones simultáneas, en distintos idiomas, en su cabeza.

El intérprete Jonas Prasad dice que los miembros de la Iglesia de habla hindi en Fiyi esperan con ansias escuchar a los profetas en su idioma. Describiendo a una hermana, dijo: “Durante años, las únicas reuniones de la Iglesia disponibles para ella se llevaban a cabo en inglés. Aunque no hablaba ni una palabra, venía y se sentaba en silencio solo para sentir el Espíritu. Ahora se emociona al oír el Evangelio en su idioma”.

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