“Introducción”, Servicios para personas con discapacidad: Líderes, 2020
“Introducción”, Servicios para personas con discapacidad: Líderes
Introducción
Nuestro Salvador Jesucristo es nuestro mayor ejemplo de cómo ayudar a que los demás se sientan incluidos en Su Iglesia y cómo tender la mano a la persona en particular. El élder Joseph B. Wirthlin explicó:
“[L]o rodeaban multitudes y habló a miles, sin embargo siempre se preocupaba por la persona en particular. ‘Porque el Hijo del Hombre ha venido para salvar lo que se había perdido’ (Mateo 18:11), dijo. ‘¿Qué hombre de vosotros, si tiene cien ovejas y se le pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y va tras la que se le perdió, hasta que la halla?’ (Lucas 15:4).
“Esa instrucción se aplica a todo el que lo sigue. Se nos manda buscar a los que estén perdidos y ser guardas de nuestros hermanos. No podemos ignorar el encargo que el Salvador nos ha dado; debemos preocuparnos por la persona en particular”1.
El élder Jeffrey R. Holland enseñó: “Como miembros de la Iglesia, nos hallamos en ese trayecto. Nuestra edad y experiencia siempre serán diferentes, al igual que nuestras lenguas, culturas y grados de conocimiento del Evangelio; pero cualesquiera sean sus circunstancias, son bienvenidos. Tal y como dijo el apóstol Pablo: ‘… [ahora] sois […] conciudadanos con los santos, y miembros de la familia de Dios’ (Efesios 2:19), lo cual significa que todos nos esforzamos por lograr el mismo fin”2.