“Doctrina y Convenios 30–36, Parte 2: ‘Abrid vuestra boca y será llena’”, Doctrina y Convenios: Manual del maestro de Seminario , 2025
“Doctrina y Convenios 30–36, Parte 2”, Doctrina y Convenios: Manual del maestro de Seminario
Cuando el Señor llamó misioneros a predicar Su Evangelio poco después de la organización de Su Iglesia, les dio consejos para fortalecerlos y guiarlos en su servicio misional. Esta lección puede ayudar a los alumnos en sus esfuerzos por compartir el Evangelio.
Algunas posibles actividades de aprendizaje
Preocupaciones en cuanto a compartir el Evangelio
Considere la posibilidad de comenzar la lección planteando la situación hipotética y las preguntas siguientes.
Mientras un discursante de la reunión sacramental hablaba de la importancia de la obra misional, Carlos sintió que se resistía a la idea de hablar del Evangelio con otras personas. Carlos es bastante callado por naturaleza. Además, nunca ha tenido realmente una conversación del Evangelio con alguien que no fuera miembro de la Iglesia. Le preocupa cómo sería una conversación así. Su naturaleza callada y su falta de experiencia lo hacían sentirse incómodo ante la idea de iniciar una conversación sobre el Evangelio con otra persona.
Recuerde a los alumnos que en la lección anterior aprendieron sobre muchas personas que fueron llamadas al servicio misional poco después de que se organizara la Iglesia. Algunos de estos hombres habían conocido el Evangelio restaurado poco tiempo antes de ser llamados a misiones.
Invite a los alumnos a compartir algunas de las preocupaciones que pudieron tener estos misioneros recién llamados. También puede pedir a los alumnos que reflexionen sobre sus propias preocupaciones a la hora de compartir el Evangelio con los demás. Luego, comparta lo siguiente como ayuda a fin de preparar a los alumnos para estudiar.
Hoy estudiarás las enseñanzas del Señor en Doctrina y Convenios 30–36 que pueden ayudarte a reconocer Su deseo de ayudarte a compartir Su Evangelio. Mientras estudias, busca enseñanzas que puedan ayudarte a aumentar tu disposición y capacidad para compartir el Evangelio de Jesucristo.
El Señor brinda consejos útiles a Sus misioneros
Dé tiempo a los alumnos para estudiar el consejo del Señor que se encuentra en los versículos siguientes. Una manera de hacerlo es dividir la clase en cinco grupos. Entregue a cada grupo una hoja de papel en blanco e invítelos a diseñar una página con un título como “Útil consejo misional del Señor”.
Asigne un conjunto de versículos a cada grupo. Luego, los alumnos podrían agregar a sus páginas al menos tres puntos de consejo que encuentren en sus versículos. Si lo desean, ellos podrían agregar ilustraciones a sus páginas. A continuación, puede invitar a los alumnos a compartir con la clase las páginas que hayan completado.
Lee los versículos siguientes en busca un consejo que el Señor dio que podría ayudarte a estar más dispuesto y ser más capaz de compartir el Evangelio.
Doctrina y Convenios 30:5, 8–11 (Podría resultar útil saber que el “hermano” de Peter Whitmer al que se hace referencia en el versículo 5 era Oliver Cowdery, quien había sido llamado a predicar en una revelación anterior [véase Doctrina y Convenios 28:14–16 ]).
Doctrina y Convenios 31:4–9, 11–13
Doctrina y Convenios 32:1–5
Doctrina y Convenios 33:8–12, 16–17
Doctrina y Convenios 35:13–15, 24
Cuando los alumnos hayan terminado de estudiar, bríndeles la oportunidad de compartir lo que aprendieron. Una manera de hacerlo podría ser invitar a varios alumnos a compartir el consejo que encontraron en sus versículos que les resultó más significativo y a hablar de una verdad que podamos aprender de este consejo. Usted podría escribir esas verdades en la pizarra o invitar a los alumnos a escribirlas.
Algunos ejemplos de verdades que los alumnos podrían mencionar son los siguientes: En lugar de temer a los demás, podemos confiar en que el Señor nos ayudará a compartir Su Evangelio (véase Doctrina y Convenios 30:11 ); el Señor abrirá el corazón de las personas a las que enseñemos (véase Doctrina y Convenios 31:7 ); el Señor estará con nosotros al procurar compartir Su Evangelio (véase Doctrina y Convenios 32:3 ); al abrir la boca para compartir el Evangelio, el Señor nos ayudará a saber qué decir (véase Doctrina y Convenios 33:8–10 ); el Señor da el poder de Su Espíritu a los débiles que le sirven (véase Doctrina y Convenios 35:13–14 ).
Ideas para abrir la boca y compartir el Evangelio
Dedique algún tiempo a ayudar a los alumnos a conocer y analizar maneras específicas en que ellos pueden cumplir el mandamiento del Señor de “abri[r] [su] boca” (Doctrina y Convenios 33:8–10 ; véase también 30:5 , 11 ) y compartir el Evangelio. Ayudar a los alumnos a ver maneras específicas y alcanzables de hacerlo puede reforzar su confianza para compartir el Evangelio.
Una manera de hacerlo podría ser mostrando uno o varios de los videos siguientes. Invite a los alumnos a buscar diferentes maneras en que la gente abría la boca e invitaba a las bendiciones del Señor. También podría compartir otros recursos de las páginas “Compartir el Evangelio ” en LaIglesiadeJesucristo.org .
Los videos siguientes comparten ideas sobre cómo puedes “abr[ir] [tu] boca” (Doctrina y Convenios 30:5 ) e invitar a los demás de forma natural y significativa a experimentar el Evangelio de Jesucristo.
1:17
A las personas les gusta sentirse incluidas. Solo hay que invitarlas. En este video, las invitaciones a “venir y ver” forman parte, de forma natural, de la vida cotidiana de los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
1:3
Las personas quieren ayudar. Con frecuencia, solo necesitan una invitación. Este video muestra lo fácil que es invitar a las personas a ayudar en oportunidades de servicio relacionadas con La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
3:47
Lo que llamamos la “obra misional de los miembros” no es un programa, sino una actitud de amor y de participación para ayudar a los que nos rodean.
Dé tiempo a los alumnos para que escriban un plan sencillo sobre lo que harán a fin de compartir el Evangelio con los demás. Las preguntas siguientes podrían darles ideas de qué escribir.
¿Con quién crees que podrías compartir el Evangelio?
A partir de lo que has aprendido hoy, ¿de qué maneras naturales y significativas podrías ayudar a esta persona a acercarse más a Jesucristo?
¿Qué obstáculos crees que podrían impedirte seguir tu plan?
¿Qué verdades acerca del Salvador has aprendido en Doctrina y Convenios 30–36 que puedan ayudarte a superar estos obstáculos?
Considere cómo puede alentar a los alumnos a actuar con fe de acuerdo con lo que sintieron hoy. Usted podría invitarlos a considerar establecer un período de tiempo para hacer lo que escribieron. Comparta su confianza en la capacidad del Salvador para tocar el corazón de los demás a través de ellos.
Invite a los alumnos a vivir lo que aprenden: Para obtener capacitación sobre cómo hacer un seguimiento con los alumnos de sus planes para que vivan lo que están aprendiendo, consulte la capacitación titulada “Invite a los alumnos a vivir lo que están aprendiendo ”, que se encuentra en Habilidades para el desarrollo del maestro .
El élder Dieter F. Uchtdorf, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó lo siguiente:
17:29
El élder Uchtdorf da cinco sugerencias sobre cómo participar en la obra misional.
Comprendan que no es su trabajo convertir a las personas; esa es la función del Espíritu Santo. Su función es compartir lo que guardan en el corazón y vivir de forma consecuente con sus creencias.
De modo que no se desanimen si alguien no acepta el mensaje del Evangelio de inmediato. No es un fracaso personal.
Eso queda entre la persona y el Padre Celestial.
Su función es amar a Dios y amar a su prójimo, es decir: Sus hijos.
Crean, amen, hagan.
Sigan ese camino, y Dios obrará milagros mediante ustedes para bendecir a Sus preciados hijos (Dieter F. Uchtdorf, “La obra misional: Compartir lo que guardan en el corazón ”, Liahona , mayo de 2019, pág. 17).
El élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles, ofreció la perspectiva siguiente de esta analogía:
2:3
The fire of the covenant will burn in the heart of every faithful member of this Church who shall worship and honorably hold a name and standing in the Lord’s holy house.
Las gavillas [grano] de esta analogía representan a los miembros de la Iglesia recién bautizados; los graneros [lugares donde se almacena el grano] son los santos templos. El élder Neal. A. Maxwell explicó: “Es evidente que, al bautizar, nuestra visión debe ir más allá de la pila bautismal y debe proyectarse hacia el santo templo. El gran granero en el que debe recogerse a estas gavillas es el santo templo” (en John L. Hart, “Make Calling Focus of Your Mission”, Church News , 17 de septiembre de 1994, pág. 4). Dicha instrucción aclara y subraya la importancia de las ordenanzas y de los convenios sagrados del templo, a fin de que las gavillas no se desperdicien (David A. Bednar, “Honorablemente [retener] un nombre y una posición ”, Liahona , mayo de 2009, pág. 97).
Véase Alma 26:5 para ver otro ejemplo de cómo se utiliza este símbolo en las Escrituras.
El élder Gary E. Stevenson, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó lo siguiente:
13:15
El élder Stevenson enseña acerca de lo que es un testimonio y la importancia de mantenerlo fuerte y compartirlo con palabras y con hechos.
Ustedes dan su testimonio cuando comparten sentimientos espirituales con otras personas. Como miembros de la Iglesia, ustedes tienen oportunidades de dar su testimonio verbalmente en reuniones formales de la Iglesia o de manera menos formal, en conversaciones individuales con familiares, amigos y otras personas.
Otra forma de compartir su testimonio es mediante la conducta recta. Su testimonio de Jesucristo no solo es lo que dicen, sino quienes son.
Cada vez que dan testimonio verbal o demuestran mediante sus acciones su compromiso de seguir a Jesucristo, invitan a los demás a “veni[r] a Cristo” [Moroni 10:32 ].
Los miembros de la Iglesia son testigos de Dios en todo tiempo, en todas las cosas y en todo lugar. Son infinitas las oportunidades de hacer esto en el universo digital, usando contenido inspirador propio o compartiendo contenido edificante preparado por otras personas. Testificamos cuando amamos, compartimos e invitamos, incluso en línea. Nuestros tuits, mensajes directos y publicaciones adoptarán un propósito más elevado y santo cuando también utilicemos las redes sociales para mostrar cómo moldea nuestra vida el evangelio de Jesucristo (Gary E. Stevenson, “Cómo nutrir y compartir su testimonio ”, Liahona , noviembre de 2022, pág. 112).
Los alumnos podrían disfrutar de conocer algunos de los éxitos que experimentaron varios de los misioneros que fueron llamados a predicar el Evangelio en las revelaciones registradas en Doctrina y Convenios 30–36 .
Explique que durante el tiempo en que Parley Pratt y sus compañeros estaban cumpliendo con su asignación de predicar el Evangelio en el “desierto entre los lamanitas” (Doctrina y Convenios 32:2 ), visitaron Mentor, Ohio. Fue allí donde Parley enseñó a su amigo Sidney Rigdon, que era ministro religioso.
Los alumnos podrían leer un breve relato de los acontecimientos que condujeron a la conversión de Sidney y Phebe Rigdon en “Voces de la Restauración: Primeros conversos ” (véanse también Ven, sígueme — Para el hogar y la Iglesia: Doctrina y Convenios 2025 ; Santos: La historia de la Iglesia de Jesucristo en los últimos días , tomo I, El estandarte de la verdad, 1815–1846 , 2018, págs. 102–103 ).
Después de leer este relato, podría invitar a los alumnos a comentar lo que más les haya llamado la atención. Asimismo, considere mencionar que, además de la conversión de Sidney, más de cien personas de la región también se convirtieron y llegaron a ser una gran bendición para la joven Iglesia.
A fin de ayudar a los alumnos a saber cómo pueden utilizar las redes sociales para compartir el Evangelio, considere la posibilidad de compartir el video “Inundar la tierra como con un diluvio– Extracto ” (2:56). Podría invitar a los alumnos a que saquen sus dispositivos y compartan un mensaje centrado en el Evangelio que se sientan inspirados a compartir antes de salir de la clase, o podrían compartir algo cuando lleguen a casa.
Considere la posibilidad de invitar a uno o más exmisioneros recién regresados de la misión, de su área, a venir a la clase para que relaten sus propias experiencias al enseñar el Evangelio a los demás. También podrían relatar cómo ellos vieron a los miembros compartir el Evangelio con amigos y familiares. Asegúrese de consultar con sus líderes de Seminario e Instituto a fin de obtener aprobación para tal actividad.