un hombre sentado sobre la hierba

¿Cuánto tiempo hace falta para superar la pornografía?

Superar la pornografía es un proceso. Dejarla atrás y avanzar comprende aprender a vivir de manera diferente y procurar cambiar mediante el poder de Jesucristo y Su expiación. En este video, algunas personas narran cómo han hallado esperanza y sanación al esforzarse por lograr un cambio en el corazón.

Centrarse en la travesía

El élder Dale G. Renlund dijo: “A Dios le importa mucho más quiénes somos y en quienes nos estamos convirtiendo, que quienes fuimos alguna vez; a Él le importa que sigamos intentándolo” (“Los Santos de los Últimos Días siguen intentándolo”, Liahona, mayo de 2015, pág. 56).

Con frecuencia, queremos llevar la cuenta de los días que llevamos absteniéndonos de la pornografía como forma de evaluar si estamos progresando o no. Aunque abstenerse de ver pornografía es uno de los resultados que buscamos, tan solo detenerse no constituye un plan. Muchos descubren que el mejor indicador de progreso tiene más que ver con la forma en que nos está cambiando el corazón que con cuánto tiempo hemos pasado sin ver pornografía.

Conforme tratamos de cambiar nuestra conducta, debemos centrarnos en el camino que recorremos; en quiénes nos estamos convirtiendo y en los atributos cristianos que cultivamos. Podemos ver el progreso mediante lo dispuestos que estemos a aprender de nuestros errores y lo rápidamente que nos volvamos al Salvador en los momentos de debilidad. Además, parte de llegar a ser semejante a Cristo es procurar ser mejores. Intentar entender y resolver las causas de nuestros reveses refleja nuestro deseo de llegar a ser como Él. A medida que nos centramos en evaluarnos, mejorar y adaptarnos nosotros, así como nuestros planes, es más probable que logremos la meta de vencer la pornografía.

Aunque el proceso y los pasos que sigamos serán diferentes para cada uno de nosotros, podemos juzgar nuestro progreso al centrarnos en cuán sincera y constantemente hagamos nuestro mayor esfuerzo y procuremos mejorar.

Progresar requiere tiempo

El élder Richard G. Scott dijo:

“Llegamos a ser lo que queremos ser, al ser constantemente, cada día, lo que queremos llegar a ser […].

“Si has tomado la determinación de vivir con rectitud, no te desanimes. La vida puede parecer difícil ahora, pero sujétate firmemente a esa barra de hierro de la verdad. Estás progresando más de lo que supones. Tus dificultades definirán tu carácter, disciplina y confianza en las promesas de tu Padre Celestial y en el Salvador a medida que obedeces Sus mandamientos en forma constante” (“El poder transformador de la fe y del carácter”, Liahona, noviembre de 2010, págs. 43, 46).

Vencer la pornografía —como sucede con cualquier otro desafío importante que afrontemos— requiere paciencia, tiempo y constancia. Se requiere tiempo y un esfuerzo conjunto para determinar qué influencias nos afectan y hacer planes (véanse “¿Cómo puedo hacer un plan que realmente funcione?”; “¿Qué debo hacer para centrarme en vencer mi hábito de consumir pornografía?”). Además, debemos estar preparados para afrontar reveses y adversidad y para reaccionar aprendiendo más, adaptando los planes, procurando progresar y preparándonos para futuros reveses. Cambiar puede ser un proceso frustrante, pero cuando acudimos al Señor y esperamos en Él, nos fortalecerá en nuestra lucha (véase Isaías 40:31).

Ideas para poner manos a la obra

Las siguientes son algunas ideas que han sido de ayuda para otras personas. Considere con espíritu de oración qué acciones podrían ser las mejores en su caso, pero tenga en cuenta que dichas acciones pueden o no mencionarse aquí.

• Si quiere, escriba con regularidad en un diario personal. Anote sus sentimientos y observaciones al transitar cada día. Repase periódicamente las entradas anteriores para ver los progresos, el crecimiento y las oportunidades de cambiar.

• Aprenda más acerca de los desafíos emocionales específicos que afronte, tales como la ansiedad o la depresión. Determine algunas fuentes para la investigación, como por ejemplo, los libros de autoayuda.

• Averigüe qué factores podrían ejercer influencia en usted y si dichas influencias son biológicas, psicológicas, sociales o espirituales.

• Considere la posibilidad de hacer ejercicio físico, cambiar la alimentación o ver a un profesional médico para someterse a un examen físico y al tratamiento necesario.

• Procure apoyo hablando con su cónyuge, con un amigo o con un miembro de la familia.

• Trace un plan para orar y estudiar las Escrituras a diario, y para otros hábitos espirituales importantes.

• Piense en su actitud hacia las personas que tengan debilidades distintas de las suyas. ¿Cómo podría evitar los prejuicios y tener una actitud edificante con quienes afronten desafíos distintos?

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