Llamamientos misionales
Introducción


Introducción

Christ with His arm raised calling Peter and Andrew from a small fishing boat with the sail raised.

Como misionero, se le ha llamado como representante de Jesucristo para ministrar a los hijos del Padre Celestial. El Salvador lo ama y lo ayudará a lograr el éxito. Él ha prometido: “Iré delante de vuestra faz. Estaré a vuestra diestra y a vuestra siniestra, y mi Espíritu estará en vuestro corazón, y mis ángeles alrededor de vosotros, para sosteneros” (D. y C. 84:88).

Al ejercer su fe y seguir adelante con la decisión que ha tomado de hacer la obra del Señor, desarrollará las habilidades, los dones y la fortaleza que necesita con más rapidez. Sentirá Su ayuda y tendrá más confianza en su capacidad de servir al Señor.

Aún con la promesa de la ayuda del Señor, muchos de los mejores misioneros de la historia dejaron registrado que sufrieron y pasaron dificultades durante su labor misional. Ammón y sus hermanos “padecieron mucho, tanto corporal como mentalmente, tal como hambre, sed, fatiga y también se esforzaron mucho en el espíritu” (Alma 17:5). Al parecer, hubo momentos en los que deseaban regresar a su hogar. “Y cuando nuestros corazones se hallaban desanimados, y estábamos a punto de regresar, he aquí, el Señor nos consoló, y nos dijo: Id entre vuestros hermanos los lamanitas, y sufrid con paciencia vuestras aflicciones, y os daré el éxito” (Alma 26:27).

Gran parte del secreto para lidiar con el desánimo y el estrés comunes en el servicio misional es renovar con el Señor su decisión de prestar servicio. El presidente Gordon B. Hinckley cuenta cómo fue su experiencia al apenas comenzar su misión en Inglaterra.

“A mi arribo al lugar yo no me sentía bien. Debido a mi estado de salud y a la oposición que se hacía sentir, estaba muy desanimado durante esas primeras semanas, a tal punto que le escribí una carta a mi buen padre para decirle que creía que yo estaba perdiendo el tiempo y desperdiciando su dinero. Él no sólo era mi padre, sino también mi presidente de estaca, y asimismo un hombre sabio e inspirado. Respondió a mi misiva con una carta muy breve, en la que decía: ‘Querido Gordon: Recibí tu última carta, respecto de la cual tengo sólo una sugerencia: Debes olvidarte de ti mismo y entregarte a la obra’. Horas antes, esa misma mañana, durante nuestra clase de estudio de las Escrituras, mi compañero y yo habíamos leído estas palabras del Señor: ‘Porque el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio la salvará’ (Marcos 8:35).

“Aquellas palabras del Maestro, seguidas por el consejo de mi padre de olvidarme de mí mismo y entregarme a la obra, llegaron a lo más recóndito de mi alma. Con la carta de mi padre en la mano, entré al dormitorio de esa casa en la que vivíamos, en 15 Wadham Road, me arrodillé e hice una promesa al Señor. Hice convenio con Él de que me esforzaría por olvidarme de mí mismo y me perdería en su servicio.

Ese día de julio de 1933 fue mi día de decisión. Mi vida se vio inundada de una nueva luz y mi corazón de un júbilo antes desconocido para mí. Parecía como que la neblina de Inglaterra se hubiese levantado, y vi la luz del sol. Mi experiencia misional fue valiosa y maravillosa, y por ello guardo una eterna gratitud” (véase “Una proclamación al mundo”, Liahona, noviembre de 1987, pág. 6).

El presidente Hinckley logró el éxito al enfrentarse con el desánimo porque renovó su decisión de servir al Señor. Más adelante dijo: “El mejor antídoto que conozco para la preocupación es el trabajo. La mejor medicina contra la desesperación es el servicio. La mejor cura para el agotamiento es el desafío de ayudar a alguien que esté aún más cansado” (“Words of the Prophet: Put Your Shoulder to the Wheel”, New Era, julio de 2000, pág. 7).

Cómo usar este cuadernillo

La obra misional puede estar colmada de gozo así como de estrés. Este cuadernillo le ayudará a entender mejor el estrés y el efecto que tiene en usted; no se espera que lo lea todo en una sola ocasión. Si usa las instrucciones que figuran en la página 1, se le darán sugerencias sobre los temas que elija. Esas ideas también servirán de ayuda mientras presta servicio y ministra a su compañero y otros misioneros.