“Capacitación sobre las evaluaciones”, Capacitación sobre los cursos de estudio de Seminario, 2025
Capacitación sobre las evaluaciones
Introducción
La evaluación es una parte importante del aprendizaje. El élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles, hizo hincapié en la importancia de las evaluaciones cuando describió la función de las pruebas en el aprendizaje académico.
Las pruebas periódicas son absolutamente esenciales para el aprendizaje. Una prueba eficaz nos ayuda a comparar lo que necesitamos saber con lo que realmente sabemos sobre un tema específico; proporciona además un estándar con el cual evaluar nuestro aprendizaje y desarrollo (David A. Bednar, “Con esto los probaremos”, Liahona, noviembre de 2020, pág. 8).
En Seminario, las evaluaciones cumplen un propósito similar al de las pruebas del aprendizaje académico. Las evaluaciones pueden ayudar a los alumnos a demostrar su conocimiento espiritual, comprensión y devoción al Padre Celestial y a Jesucristo. Estos tipos de evaluaciones formativas también pueden ayudarlos a ser más conscientes de lo que están aprendiendo y de cómo están creciendo.
Reconocer el aprendizaje y el crecimiento de los alumnos puede ser una experiencia gratificante y motivadora para ellos. Es similar a cuando un corredor de competición ve su tiempo en un cronómetro o cuando un niño pequeño ve su crecimiento en una gráfica de estatura. A menudo, los alumnos no se dan cuenta de cómo están creciendo si no tienen oportunidades regulares de evaluar su aprendizaje. Incluso las oportunidades de ver que no han progresado o incluso que han retrocedido en su crecimiento pueden ser valiosas experiencias de aprendizaje. Las evaluaciones periódicas pueden invitar a recibir más revelaciones personales en su vida y ayudar a los alumnos a crear planes para el crecimiento y el aprendizaje para el futuro. Algunos ejemplos de actividades de evaluación en los cursos de estudio de Seminario son las lecciones de Evalúa tu aprendizaje y Práctica del Dominio de la doctrina. Esta capacitación se centra en las actividades de evaluación que se encuentran en las lecciones de Evalúa tu aprendizaje.
Las lecciones de Evalúa tu aprendizaje
Encontrará las lecciones de Evalúa tu aprendizaje a lo largo de los cursos de estudio de Seminario. Estas lecciones se programan aproximadamente cada cuatro o seis semanas y proporcionan a los alumnos la oportunidad de autoevaluarse en relación con los resultados de aprendizaje a nivel del curso, los cuales ayudan a los alumnos a:
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Explicar la doctrina que han aprendido.
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Reflexionar sobre sus sentimientos, actitudes y deseos en relación con el plan del Padre Celestial y el Evangelio de Jesucristo.
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Repasar los planes o las metas en los que estén trabajando para aplicar lo que están aprendiendo y profundizar en su discipulado para con Jesucristo.
Puede ser útil tomarse el tiempo de repasar una o más lecciones de Evalúa tu aprendizaje para familiarizarse con ellas. Cuando lo haga, observe que cada una de ellas comienza con una idea general para brindarle a los alumnos la oportunidad de compartir cualquier cosa que hayan aprendido recientemente en su estudio de las Escrituras de forma individual, con su familia, en las reuniones de la Iglesia o en Seminario. Luego, observe cada actividad de evaluación que se encuentra en las lecciones de Evalúa tu aprendizaje. Preste especial atención a cómo cada actividad de evaluación:
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Está precedida por un encabezado que indica el resultado del aprendizaje a nivel del curso.
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Hace referencia a las experiencias de aprendizaje de lecciones anteriores del curso de estudio.
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Brinda a los alumnos la oportunidad de hacer algo para demostrar su aprendizaje.
Es importante tener en cuenta que el aprendizaje de los alumnos puede acelerarse a medida que comprendan de manera clara cuál es el resultado de una actividad de aprendizaje y se les dé la oportunidad de demostrar lo que aprenden. Existe una analogía que puede servir para ilustrarlo. Si un joven está aprendiendo a disparar una flecha con un arco, necesita un objetivo claro al que apuntar, así como capacitación acerca de cómo cargar la flecha, sostener el arco, apuntar y disparar la flecha. Si nunca se le da la oportunidad de intentar dispararla, jamás sabrá si aprendió. Solo cuando suelta la flecha ve claramente si dio en el blanco o no. Lo mismo sucede en una experiencia de aprendizaje del Evangelio. Los alumnos necesitan instrucción y ayuda, pero también necesitan oportunidades para demostrar su aprendizaje. La forma en que lo demuestren debe estar claramente relacionada con el resultado. Cada experiencia de aprendizaje en el curso de estudio está diseñada con esto en mente; sin embargo, se demuestra de manera aún más prominente en las lecciones de Evalúa tu aprendizaje. Considere compartir con los alumnos cuáles son los resultados del aprendizaje en cada una de estas lecciones.
Los maestros y los compañeros de clase pueden ser un recurso para ayudar a los alumnos a reconocer su aprendizaje con mayor claridad. Usted, como maestro, puede proporcionar comentarios y sugerencias sobre el progreso que han logrado o el que se les dificulta alcanzar. Podría intercambiar ideas o compartir experiencias de su propia vida. Tenga en cuenta que no debe crearse la expectativa de que los alumnos le informen a usted o al resto de la clase acerca de sus metas o planes. Algunas de esas metas y planes podrían ser muy personales. Sin embargo, puede haber ocasiones en las que un alumno se sienta cómodo compartiendo sus planes o metas con usted. Delibere en consejo con los alumnos cuando sea apropiado. Puede haber otras ocasiones en las que haya que dirigir a un alumno a sus padres, a un obispo o a un presidente de rama.
Algunas actividades de las lecciones de Evalúa tu aprendizaje están diseñadas para que los alumnos compartan sus pensamientos y experiencias con sus compañeros de clase, mientras que otras son más personales. Por ejemplo, cuando los alumnos estén explicando la doctrina, tal vez sea un buen momento para que practiquen juntos cómo explicar o hacer una dramatización. Cuando evalúen sus sentimientos, actitudes y deseos, puede ser una actividad más apropiada para la reflexión personal.
Lo más importante es que, cuando enseñe estas lecciones, invite a los alumnos a buscar la ayuda y la guía de su Padre Celestial por medio del Espíritu Santo. No hay mejor compañero que el Espíritu Santo para ayudarlos a ver claramente cómo están aprendiendo y progresando en su camino de regreso al Padre Celestial. Brinde oportunidades frecuentes para que busquen la ayuda del Espíritu Santo a fin de evaluar su aprendizaje y crecimiento como discípulos de Jesucristo.
Créditos del curso para la evaluación
Los alumnos deben participar en, al menos, una lección de Evalúa tu aprendizaje durante cada mitad del curso a fin de recibir créditos para graduarse de Seminario.
Si durante el semestre los alumnos no asisten a ninguna de las lecciones de Evalúa tu aprendizaje, usted deberá proporcionarles la lección correspondiente de Evalúa tu aprendizaje que se encuentra en el apéndice del manual del maestro de Seminario. “Evalúa tu aprendizaje, Parte 1” puede entregarse a los alumnos para que realicen la evaluación en la primera mitad del curso. “Evalúa tu aprendizaje, Parte 2” puede entregarse a los alumnos para que realicen la evaluación en la segunda mitad del curso. Invítelos a registrar las respuestas de cada una de las actividades de evaluación. Anímelos a que también compartan con alguno de sus padres, hermanos o líderes de la Iglesia aquellas que no sean demasiado personales. Esta oportunidad para que los alumnos compartan puede permitir que el Espíritu Santo les enseñe y testifique sobre las verdades del Evangelio y los invite a dar pasos adicionales en su discipulado centrado en Cristo. Cuando le devuelvan la lección, también puede invitarlos a compartir una o dos de sus respuestas, si no son demasiado personales.
Adaptación de las lecciones de Evalúa tu aprendizaje
En ocasiones puede que tenga que adaptar las lecciones de Evalúa tu aprendizaje. Debido a los calendarios escolares, es posible que los alumnos no hayan estudiado alguna lección a la que se hace referencia en una lección de Evalúa tu aprendizaje. También puede haber ocasiones en las que una verdad haya sido especialmente significativa para ellos, pero que no se haya abordado en la lección Evalúa tu aprendizaje. En esos casos, es posible que tenga que decidir reemplazar una de las actividades de la lección de Evalúa tu aprendizaje por una elaborada por usted con el fin de ayudar a los alumnos a evaluar su comprensión o progreso sobre ese tema.
Los pasos siguientes pueden ayudarlo a adaptar o crear una actividad de evaluación eficaz.
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Paso 1: Comience por determinar el propósito de la lección que le gustaría evaluar.
El objetivo de cada lección aparece en la última frase del párrafo introductorio de dicha lección y en el documento de reseña de la semana.
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Paso 2: Considere lo que los alumnos podrían hacer para evaluar su crecimiento y aprendizaje en relación con la finalidad de esa lección. Algunos ejemplos son:
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Comprensión: Los alumnos podrían enseñar o explicar un concepto doctrinal, ya sea oralmente o por escrito. Esta tarea puede lograrse de varias maneras, tal como una respuesta a un caso hipotético o a una anotación del diario.
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Sentimientos, actitudes o deseos: Es posible que en una lección anterior se haya invitado a los alumnos a evaluar sus sentimientos, actitudes o deseos mediante una anotación en su diario, una encuesta u otro método. Si es así, podría invitarlos a que vuelvan a completar esa actividad. Luego ellos podrían comparar sus respuestas de la lección anterior con las de la lección de Evalúa tu aprendizaje.
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Aplicación: Los alumnos podrían repasar lo que sintieron que debían hacer o un plan que elaboraron como parte de una lección. Podrían reflexionar sobre cómo lo han llevado a la práctica. Algunos alumnos que estén dispuestos podrían compartir sus experiencias, si no fueran demasiado personales. Incluso podrían demostrar alguna acción que hayan hecho, como utilizar la aplicación Árbol Familiar de FamilySearch o usar una técnica de estudio de las Escrituras.
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Trate de encontrar maneras de hacer que las actividades sean significativas y agradables. Además, proporcione suficiente tiempo para que los alumnos reflexionen y evalúen su crecimiento. Las actividades no deben llevarlos a comparar su crecimiento con el de otras personas, sino a ayudarlos a evaluar su propia experiencia. Es posible que algunos se desilusionen con su crecimiento actual. Ayúdelos a entender que estas evaluaciones nunca deben considerarse definitivas. Por el contrario, siempre debe animar a los alumnos a que consideren cuál podría ser el siguiente paso en su aprendizaje o crecimiento y cómo pueden acudir al Señor en busca de ayuda.
Nota: Los maestros de Seminario pueden mejorar las lecciones siguientes de Evalúa tu aprendizaje con actividades de evaluación relacionadas con las categorías de Preparación para la vida que los alumnos hayan estudiado recientemente en Seminario. Pueden incluir estas actividades a las lecciones de Evalúa tu aprendizaje o reemplazar las evaluaciones existentes. Puede encontrar las evaluaciones sugeridas para cada categoría de lecciones de Preparación para la vida en el apéndice del manual del maestro de Seminario.
Conclusión
El élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, animó a los maestros a que “recuerden que un alumno no es un recipiente que debe llenarse; un alumno es un fuego que debe encenderse” (“Ángeles y asombro”, transmisión de la capacitación para el Sistema Educativo de la Iglesia, 12 de junio de 2019, broadcasts.ChurchofJesusChrist.org). Las oportunidades que tienen los alumnos como parte de las actividades de evaluación en Seminario son una manera importante de motivarlos en su aprendizaje. Pueden contribuir a despertar en ellos el deseo de profundizar su conversión a Jesucristo y Su Evangelio. Darle a los alumnos la oportunidad de explicar la doctrina, reflexionar sobre sus sentimientos, actitudes y deseos, y repasar los planes o las metas en los que estén trabajando los ayudará a ser más deliberados en sus esfuerzos por llegar a ser más semejantes al Padre Celestial y a Jesucristo.