2022
El ascensor del arrepentimiento
Febrero de 2022


De amigo a amigo

El ascensor del arrepentimiento

boy in elevator with all the buttons lit up

Cuando tenía once años, mi familia vivía en un edificio de doce pisos en Hong Kong. Cada día, después de la escuela, corría al edificio y subía en ascensor [elevador] a nuestro apartamento.

Un día entré en el ascensor y pulsé todos los botones para que se iluminaran. Así el ascensor pararía en cada piso. Las puertas comenzaron a cerrarse pero, de pronto, una mano se interpuso y abrió las puertas. Era una de mis vecinas de arriba. No dijo nada en cuanto a los botones, pero yo estaba nervioso. ¡Me pareció que tardé siglos en llegar a casa!

En efecto, el ascensor se detuvo en el siguiente piso, hubo una pausa y siguió subiendo. Tan pronto como las puertas se abrieron en mi piso, salí corriendo. ¡Llegué a casa sudando por haber corrido tan rápido!

Poco después de llegar a casa, sonó el teléfono. Era la vecina del ascensor. Me puse muy nervioso mientras esperaba que mi mamá acabara de hablar por teléfono.

Cuando colgó, mi mamá preguntó: “¿Pulsaste todos los botones del ascensor?”.

No podía mentir a mi madre. “Sí”, respondí.

Mi madre sonrió. “Está bien, vamos arriba a hablar con nuestra vecina”.

Subimos juntos al piso de arriba. Toqué el timbre y mi vecina salió a la puerta. Con la cabeza gacha, me disculpé por haber pulsado todos los botones y prometí que no volvería a hacerlo.

Nuestra vecina fue amable. Ella dijo: “Siempre y cuando nunca vuelvas a hacerlo, a mí me parece bien”.

Después de disculparme con ella me sentí bien, y nunca volví a pulsar todos los botones del ascensor.

Esa experiencia me ayudó a aprender acerca del arrepentimiento. Sabía que había hecho algo malo, sentí pesar y pedí perdón, y nunca volví a hacerlo. ¡Luego estaba feliz! El arrepentimiento también puede brindarles felicidad.

Page from the February 2022 Friend Magazine.

Ilustración por Alyssa Tallent