Escrito por ti
Enseñar con la revista Amigos
Un día, unos misioneros mayores, el élder y la hermana Haines, vinieron a mi casa. El élder Haines necesitaba mi ayuda. Él puede leer alemán, pero no entiende lo que significan algunas palabras. Encontró una historia en Kleiner Liahona (la revista Amigos) y me la leyó en alemán. Yo la traduje al inglés para que pudiera saber lo que estaba leyendo. ¡Éramos un buen equipo!
Aunque él no lo crea, el élder Haines lee alemán bastante bien. Solo una vez tuve que decirle: “No tengo ni idea de lo que ha dicho”. Después de que mi madre lo ayudara con la pronunciación del alemán pude entenderlo mejor.
Me sentí como un maestro de verdad cuando traduje para el élder Haines. Él dijo que, gracias a mi ayuda, estaba seguro de que podría bendecir la Santa Cena en alemán. Poder ayudar a un misionero hizo que me sintiera bien por dentro.