“La lección de las alergias”, El Amigo, abril de 2023, pág. 32.
La lección de las alergias
Tomado de una entrevista con Sydney Squires.
Cuando tenía diez años tuve alergias terribles. Solía jugar afuera en el verano, ¡pero ese año no! Las alergias me dificultaban la respiración, así que la mayor parte del tiempo me quedé adentro. Todo lo que quería hacer, como jugar al fútbol, tomaba mucha energía adicional.
Después de ese año, las alergias regresaron cada verano. No pudimos encontrar una medicación que me ayudase, pero nos dimos cuenta de que podía respirar mejor en el baño que en cualquier otro lugar de la casa; así que de mayo a agosto dormía en el baño. Mi familia no se quejó; me dejaron dormir allí cada verano durante cinco años.
Al comienzo de cada verano, mi papá me daba una bendición del sacerdocio. Año tras año me bendijo para que las alergias desaparecieran. Mi mamá, mis hermanas y mi hermano oraron por mí, pero ni las bendiciones ni las oraciones arreglaron las alergias de inmediato.
Las alergias me enseñaron muchas lecciones importantes durante aquellos cinco veranos. Aprendí a hacer cosas difíciles, a descansar para poder usar mi energía sabiamente y a no tener miedo. Finalmente, cuando crecí, las alergias sí mejoraron.
Hoy puedo trabajar arduamente por mucho tiempo, incluso después de que otras personas se han cansado, pero aún dedico tiempo a descansar para poder usar mi energía con prudencia; y no tengo miedo porque tengo fe en Jesucristo.
Puede sonar gracioso, ¡pero hoy estoy agradecido por haber tenido alergias tan malas! Fueron una bendición gracias a las lecciones que me enseñaron.