“Jesucristo puede…”, Para la Fortaleza de la Juventud, septiembre de 2022.
Ven, sígueme
Proverbios; Eclesiastés; Isaías
Jesucristo puede…
Las verdades escritas hace miles de años te enseñan lo que el Señor puede hacer por ti en la actualidad.
No hay fecha de caducidad para la verdad de Dios. Esto se debe a que es el conocimiento “de las cosas como realmente son, y de las cosas como realmente serán” (Jacob 4:13).
Las verdades escritas hace miles de años en el Antiguo Testamento siguen siendo verdaderas ahora y algunas de ellas te ayudan a ver lo que el Señor puede hacer por ti en la actualidad. Estas son algunas de esas verdades de los libros de Proverbios, Eclesiastés e Isaías (que estudiarás este mes). Te muestran que Jesucristo puede…
Enderezar tus veredas
Hay momentos en los que todos nos sentimos confundidos, perdidos o necesitados de guía. Si le das al Señor toda tu confianza, humildad y gratitud, “él enderezará tus veredas” (véase Proverbios 3:5–6).
Si guardas Sus mandamientos, Él “te encamina por el camino que debes seguir” y hace “tu paz […] como un río” (Isaías 48:17–18).
Concederte perspectiva
Las actitudes y los estilos de vida del mundo podrían parecer geniales o divertidos, pero las enseñanzas de Jesucristo pueden ayudarte a ver cuán vacías y fugaces son las vías del mundo.
Todo lo que se hace “debajo del sol […] es vanidad y aflicción de espíritu” (Eclesiastés 1:14). En otras palabras, el camino del mundo genera frustración, es como perseguir al viento y tratar de atraparlo. La felicidad llega cuando mostramos respeto y reverencia a Dios y guardamos Sus mandamientos (véase Eclesiastés 12:13).
Hay muchas personas en el mundo que “a lo malo llaman bueno, y a lo bueno, malo; que hacen de la luz tinieblas y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce y lo dulce por amargo” (Isaías 5:20), pero el Señor nos muestra la verdad. Al seguir Su camino y Su palabra “con alegría saldréis y en paz seréis conducidos” (véase Isaías 55:8–12).
Véanse también Isaías 40:6–8; 51:7–8.
Perdonar tus pecados
Todos cometemos errores. Todos hemos pecado. Sin embargo, si nos arrepentimos y seguimos esforzándonos por guardar los mandamientos de Dios, Jesucristo puede hacer que quedemos limpios y sanos de nuevo, “[Él] tendrá de [nosotros] misericordia […] [y] será amplio en perdonar” (Isaías 55:7). Él ha dicho:
“… aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; aunque sean rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana” (Isaías 1:18).
“Yo, yo soy el que borro tus rebeliones […], y no me acordaré de tus pecados” (Isaías 43:25).
Fortalecerte
Todos nos sentimos débiles o cansados en ocasiones. Jesucristo puede darte fortaleza: “… en Jehová el Señor está la fortaleza sempiterna” (Isaías 26:4). Si eres humilde y confías en el Señor, Él puede ayudarte a resistir la tentación, tomar decisiones difíciles o simplemente seguir adelante a pesar de las dificultades. Él ha dicho:
“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te fortalezco; siempre te ayudaré” (Isaías 41:10).
Nunca puede olvidarte
El Salvador Jesucristo se sacrificó por ti porque ama a nuestro Padre Celestial y porque te ama a ti. Su sacrificio hizo posible que resucitaras y tuvieras la oportunidad de llegar a ser como el Padre Celestial. Él nunca te abandonará ni te olvidará. Él ha dicho:
“¿Acaso se olvidará la mujer de su niño de pecho […]? Pues, aunque se olviden ellas, yo no me olvidaré de ti.
“He aquí que en las palmas de mis manos te tengo grabada” (Isaías 49:15–16).
Dado que Él ha hecho tanto por nosotros y nunca nos olvidará, nosotros también debemos esforzarnos por “recordarle siempre” (Doctrina y Convenios 20:77, 79).