“Ministrar con el Libro de Mormón”, Para la Fortaleza de la Juventud, octubre de 2022.
El lema y yo
Ministrar con el Libro de Mormón
“Me esfuerzo por […] ministr[ar] a otras personas en Su santo nombre”.
Cuando era más joven, me hice amiga de alguien que no era miembro de la Iglesia. Ella y su familia habían recibido invitaciones para ir a la Iglesia antes, pero no tenían interés. Oré al respecto y sentí que debía ir a su casa y darles un ejemplar del Libro de Mormón.
Al día siguiente, di el Libro de Mormón a mi amiga y a su familia y les pregunté si estaban dispuestos a leer solo un capítulo. Me fui a casa y le dije a mi mamá que no estaba segura de que lo harían. Después de un tiempo, mi amiga me preguntó si quería pasar la noche en su casa. Mientras estaba allí, su familia dijo que habían leído un poco del Libro de Mormón, pero que no sentían que fuera el momento adecuado para aprender más acerca de la Iglesia.
Durante la cena, el papá de mi amiga preguntó qué solían hacer los miembros de la Iglesia antes de comer. Le expliqué que bendecimos los alimentos y me preguntó si estaba dispuesta a orar. Me quedé sorprendida, pero también estaba encantada de compartir mis creencias. Me dieron las gracias por mi oración y mi amiga dijo que había tenido un buen sentimiento mientras yo oraba. Hablamos durante el resto de la cena acerca de la oración y más acerca de mis creencias.
A la mañana siguiente, en el desayuno, el papá de mi amiga oró para bendecir los alimentos. Luego él mencionó que también había orado antes de irse a dormir la noche anterior.
Aunque no se han unido a la Iglesia, sigo en contacto con ellos, respondo sus preguntas acerca de la Iglesia y los animo a leer el Libro de Mormón.
Me alegro de haber podido ser misionera y de ayudarlos a sentir el Espíritu. Sé que al ministrarlos y ayudarlos a sentir el Espíritu, los he ayudado a acercarse más a Cristo.
La autora vive en Idaho, EE. UU.