“Tu Salvador y el futuro ante ti”, Para la Fortaleza de la Juventud, abril de 2023.
Tu Salvador y el futuro ante ti
Jesucristo hace que todas las cosas buenas sean posibles en tu futuro aquí y en la eternidad.
Christ at the Tomb [Cristo en el sepulcro], por Albin Veselka, usado con permiso
Estás en una época fascinante de la vida. Tienes tareas escolares, amistades, responsabilidades familiares, tal vez un trabajo, así como otras actividades y aficiones que captan tu tiempo y atención.
Al mismo tiempo, tal vez te preguntes en cuanto a tu futuro:
¿Qué te espera? ¿Qué te gustaría lograr? ¿Cuál será tu trabajo? ¿A qué desafíos te enfrentarás? Mi respuesta a ese tipo de preguntas es sencilla: ¡No lo sé! Nadie sabe exactamente lo que deparará el futuro.
Sin embargo, sí sé que tu futuro alberga muchas oportunidades maravillosas para que aprendas, crezcas y progreses. Me gustaría compartir contigo cómo puedes aprovechar al máximo tu futuro aquí y que te des cuenta de todas las posibilidades de tu futuro eterno en la vida venidera.
Reconoce tu glorioso futuro
Todo lo bueno en tu futuro y toda bendición de importancia eterna es posible gracias al Salvador Jesucristo. Más que nada, Él y el Padre Celestial quieren que decidas llegar a ser como Ellos, regresar a vivir con Ellos y tener el tipo de vida que Ellos viven.
Sin Jesucristo, esta gloriosa oportunidad se perdería. Sin Él, la muerte sería el fin. Gracias al Salvador y a Su expiación, la inmortalidad —vivir para siempre— es una realidad para todos y la vida eterna —vivir para siempre en la presencia de Dios— es una posibilidad para todos los que sean merecedores de ella. Las verdades inmutables del evangelio restaurado de Jesucristo pueden guiarte hacia todo lo que el Salvador tiene reservado para ti ahora y en tu futuro.
Recuerda quién eres
Con todo lo que estás haciendo ahora, nunca olvides quién eres. Tú eres hijo o hija de Dios con un potencial ilimitado y divino. Tu espíritu vino a la tierra en un cuerpo físico. Juntos, tu espíritu y tu cuerpo son un alma viviente capaz de experimentar la vida terrenal de maneras que no serían posibles de otro modo (véase Doctrina y Convenios 88:15). Tu tarea es dejar que tu verdadera identidad como hijo o hija de Dios moldee las decisiones que tomes ahora y por la eternidad.
Comprende el futuro de tu alma
Con el tiempo, llegará el momento en que morirás. Tu cuerpo y espíritu se separarán y, en ese estado, “no puede[s] recibir una plenitud de gozo” (Doctrina y Convenios 93:34). Sin embargo, gracias a Jesucristo, resucitarás. No puedes evitarlo, ¡resucitarás!
Tu cuerpo será restaurado perfectamente y nunca volverá a separarse de tu espíritu. Entonces serás un alma eterna, pero, ¿será tu alma digna del Reino Celestial? Tú lo decides al escoger en esta vida seguir a Jesucristo y recibir los dones que Él ofrece. Las Escrituras enseñan que “gozar[emos] de lo que est[amos] dispuestos a recibir”. Lamentablemente, algunos no “qu[errán] gozar de lo que pudieron haber recibido” (Doctrina y Convenios 88:32; cursiva agregada).
Y tú, ¿qué estás dispuesto a recibir y gozar? ¿Recibirás la paz y el gozo que provienen de buscar y seguir diligentemente a Jesucristo? ¿Te regocijarás en la esperanza de la vida eterna y “en aquel que [t]e dio [esa] dádiva?” (Doctrina y Convenios 88:33). Si tu respuesta es “¡Sí!”, querrás aceptar esos dones y los otros dones que Jesucristo te ha dado tan libremente a ti y a todos los que los reciban.
Procura la bendición del arrepentimiento
En esta vida, a veces caerás en la tentación y el pecado. Cuando eso sucede, el Salvador te ofrece amorosamente la capacidad de cambiar. Se llama arrepentimiento. Satanás quiere que veas al arrepentimiento como algo negativo que se debe evitar y quiere que sientas temor de que no hay manera de regresar del pecado. Eso sencillamente no es cierto.
Siempre hay un camino de regreso; Jesucristo es el camino. Nunca estás fuera de Su alcance. Él está con los brazos abiertos, preparado y dispuesto a sanarte, limpiarte, purificarte y santificarte. A medida que acudas al Salvador y des pasos para arrepentirte, sentirás lo mucho que Él te ama. Te perdonará y te cambiará el corazón. Gracias a Jesucristo, ¡puedes hacer mejor las cosas y ser mejor cada día!
Obtén la fortaleza para perseverar hasta el fin
A veces experimentarás pesar y sufrimiento. A través de esos momentos difíciles, el Salvador puede fortalecerte para perseverar hasta el fin, tal como Él lo hizo.
Jesús tomó voluntariamente sobre Sí todos tus pecados y dolor, y soportó toda tu angustia y sufrimiento. A pesar de todo, Él no se dio por vencido; sufrió profundamente ¡porque te ama profundamente! (véase 1 Nefi 19:9–10). Él renunció a Su vida y, tres días después, venció a la muerte y se convirtió en el primero en resucitar.
Debido a que el Salvador perseveró hasta el fin, Él tiene poder para fortalecerte. Él dijo: “… Mirad hacia mí, y perseverad hasta el fin, y viviréis; porque al que persevere hasta el fin, le daré vida eterna” (3 Nefi 15:9).
Mira hacia tu Salvador
Soy optimista en cuanto a tu futuro. ¡Tienes mucho que esperar! Al venir a Jesucristo con fe, puedes afrontar tu futuro con confianza.
En un día futuro, comparecerás ante el Salvador para ser juzgado. En ese momento, te sentirás rebosante de gozo por estar en Su santa presencia. Te costará encontrar palabras para agradecerle Su amor infinito y perfecto y Su sacrificio expiatorio que hace posible que vivas con Él y con tu familia para siempre.
Jesucristo es tu Salvador. Te invito a mirar hacia Él y a hacer de Él el centro de tu vida. Él te traerá significado y esperanza, y hará que lo imposible sea posible para ti. Con Él a tu lado, los logros y las experiencias increíbles que ahora apenas puedes imaginar pueden ser tuyos.
¡Gracias a Él, tienes ante ti un futuro maravilloso y emocionante, tanto aquí como en el más allá!