“Cuando te sientes débil”, Para la Fortaleza de la Juventud, abril de 2023.
Cuando te sientes débil
¿Cómo se puede transformar nuestra debilidad en fortaleza?
Todos tenemos debilidades, por ejemplo, a veces me preocupo por cosas que no puedo controlar. A veces también me comparo con los demás. ¿Y tú? ¿Tienes alguna debilidad? Tal vez tengas dificultades con el temor o la tentación. Tal vez tengas una debilidad física que te cause dolor o dificultades. Tal vez tu debilidad sea una lucha para perdonar a los demás, o incluso desear enojarte con Dios por las cosas que te han sucedido. Todos tenemos debilidades.
De hecho, hasta el apóstol Pablo tenía algunas debilidades. Pablo escribió que, para evitar que cayera en el orgullo, el Señor le había dado un “aguijón en la carne” (2 Corintios 12:7). No sabemos en qué consistía, pero fue algún tipo de debilidad. Pablo no solo le pidió al Señor, sino que le suplicó al Señor que le quitara esa debilidad. Y tampoco le suplicó solo una vez. Le rogó tres veces al Señor que quitara su debilidad (véase 2 Corintios 12:8).
Quizás te hayas sentido de la misma manera. Tal vez hayas suplicado al Señor muchas veces que te quite cierto aguijón en la carne, pero el Señor no eliminó la debilidad de Pablo. Aunque Pablo suplicó continuamente que se lo quitara, el Señor dijo: “Te basta mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad” (2 Corintios 12:9).
Piensa en ello. ¿Es eso cierto? ¿Puede el poder de Cristo realmente compensar nuestra debilidad? Fíjate en que Él escogió a un joven que creció con un padre inicuo para que llegara a ser Abraham, el padre de muchas naciones. Y escogió a un prisionero llamado José para evitar una hambruna en Egipto; y a otro José, que en este caso era un jovencito de catorce años, para restaurar Su evangelio. También le dijo a Gedeón que redujese su ejército a trescientas personas cuando se enfrentó a un ejército innumerable, y ayudó a una viuda extranjera llamada Rut a comenzar un linaje familiar de sangre real.
¿Puede el poder de Cristo realmente transformar nuestra debilidad en fortaleza?
Elías el Profeta, hallándose solo, pudo triunfar sobre más de cuatrocientos de los sacerdotes de Baal. Cuando Jeremías fue llamado por Dios, Jeremías dijo: “No sé hablar, porque soy niño” (Jeremías 1:6). Sin embargo, sirvió como profeta durante unos cuarenta años. Y Jehová obró a través de una niña huérfana judía, llamada Ester, para salvar un reino entero. Efectivamente, ¡el Señor verdaderamente efectúa muchos milagros por medio de nuestra debilidad!
Recuerda las palabras del Salvador: “Mi poder se perfecciona en la debilidad”. Cuando te sientas débil a causa de tus propios aguijones en la carne, recuerda que Dios puede utilizarte y te utilizará, incluso con tus debilidades, para Sus propósitos.
Hace poco, una amiga mía fue al templo. Mientras esperaba en la capilla, se fijó en un anciano que tocaba el órgano. Le impresionó lo bien que tocaba y le impresionó aún mucho más cuando se dio cuenta de que no tenía partituras. Tocó varias canciones casi a la perfección. Me dijo: “Más tarde me enteré de que este hombre era ciego. Él me bendijo al sentirme conmovida por su vida consagrada”.
El poder de Jesucristo es infinitamente mayor que cualquier debilidad con la que tú o yo estemos luchando. Quizás cuando nos sentimos débiles, es una señal de que el poder de Cristo pronto estará en acción en nuestra vida, si lo invitamos a participar.
La gracia del Salvador, o Su poder habilitador, es una parte clave de Su expiación. Él “… nos ayuda a ver y hacer el bien y a convertirnos en personas buenas, de formas que jamás reconoceríamos o lograríamos con nuestra limitada capacidad mortal”1.
Mediante Su expiación, el Salvador está a nuestra disposición para ayudarnos a arrepentirnos de nuestros pecados y también para fortalecernos cuando nos sentimos débiles. Quizá haya cosas que tú y yo, sinceramente, no podemos hacer con nuestras propias habilidades limitadas, pero con el poder habilitador de Cristo, podemos hacerlo.
El Señor le dijo a Moroni: “… [T]ú has sido fiel; por tanto, tus vestidos estarán limpios. Y porque has visto tu debilidad, serás fortalecido, aun hasta sentarte en el lugar que he preparado en las mansiones de mi Padre” (Éter 12:37).
Fíjate que el Señor no le dijo a Moroni: “Serás fuerte en esta vida”. Para Moroni, el hecho de ser plenamente fuerte llegará en la vida venidera. Como enseñó el presidente Nelson, para cada uno de nosotros en la vida terrenal, “la perfección está pendiente; llegará en su totalidad únicamente después de la resurrección y solo por medio del Señor”2.
Después de recibir este mensaje del Señor, Moroni aconsejó a los lectores modernos sobre cómo permanecer en la gracia de Dios. Él dijo: “Y ahora quisiera exhortaros a buscar a este Jesús de quien han escrito los profetas y apóstoles, a fin de que la gracia de Dios el Padre, y también del Señor Jesucristo, y del Espíritu Santo, que da testimonio de ellos, esté y permanezca en vosotros para siempre jamás” (Éter 12:41).
A medida que busquemos a Jesús, sentiremos que Su poder fortalecedor nos ayuda con los desafíos que afrontamos. Cuando te sientes débil, esa podría ser la manera del Señor de invitarte a recurrir a Su fortaleza y poder.