Firmes cimientos

Encontrar un hogar, amor y sentido de pertenencia

Ilustración por Jessica Parker

Tenía seis años cuando tuve que dejar a mi familia biológica. Fue muy triste y aterrador. Escuché por primera vez acerca de Jesucristo unos meses después de aquello.

Comencé a visitar a una familia que se convirtió en mi familia de tutela. Tenían muchos hijos que eran bondadosos conmigo y amaban al Salvador. Mi nueva familia me permitió ir a la iglesia con ellos y allí me sentí a salvo y feliz.

Me tomó unos años de asistir a la iglesia y leer las Escrituras antes de entender lo que era el Evangelio, y tuve muchísimas ganas de bautizarme. Tenía doce años cuando finalmente mi familia de tutela me adoptó, ¡y se me permitió bautizarme, si así lo quería!

Compartí mi testimonio en mi bautismo y sentí que el amor de Dios me rodeaba con gran fuerza.

Leer el Libro de Mormón y aprender acerca de Jesús me ha ayudado a saber que no estoy sola y que soy hija de Dios. Aun cuando las cosas no salgan como yo quiero, Él siempre estará cerca para ayudarme.

Violet B., Hawái, EE. UU.