¿En serio?

Por David A. Edwards

Revistas de la Iglesia

Sí. De verdad. El profeta Jacob nos enseñó una clave para entender la realidad más grandiosa.

“Abre los ojos”. “Sé realista”. “Pon los pies en la tierra”. A veces las personas dicen cosas como estas cuando piensan que alguien es ingenuo o se hace ilusiones.

Y es cierto: ignorar la realidad puede ser un verdadero problema. (No querrás que las personas piensen que, por ejemplo, la ley de gravedad no se aplica a ellos. Eso podría terminar mal).

Pero la realidad es grande, más grande de lo que muchos imaginan. De hecho, la parte más grande y significativa de la realidad va mucho más allá de esta vida y del mundo físico que percibimos a través de nuestros cinco sentidos. Solo se puede percibir de manera espiritual.

El profeta Jacob en el Libro de Mormón enseñó algunas verdades cruciales acerca de esta realidad más grande y cómo podemos conocerla y entenderla.

¿Por qué no?

Jacob enseñó a su pueblo acerca de la realidad más grandiosa que existe: Jesucristo y Su función en el plan del Padre Celestial. Entonces, Jacob dijo: “No os maravilléis de que os diga estas cosas; pues, ¿por qué no hablar de la expiación de Cristo, y lograr un perfecto conocimiento de él, así como el conocimiento de una resurrección y del mundo venidero?” (Jacob 4:12).

En esa declaración, Jacob enseñó algunas verdades importantes:

Hay más que solo esta vida: hay una resurrección.
Hay más que solo este mundo: hay un “mundo venidero”.
Lo más importante es que Jesucristo hizo todo esto posible para nosotros por medio de Su sacrificio expiatorio.
Podemos adquirir un conocimiento de estas cosas.

Esas son grandes realidades. Y como dijo Jacob: ¿Por qué no hablar de ellas?

Entonces Jacob tuvo algo que decir en cuanto a cómo sabía esas cosas y hablaba de ellas con tanta claridad.

“Las cosas como realmente son”

Jacob enseñó: “El Espíritu habla la verdad, y no miente. Por tanto, habla de las cosas como realmente son, y de las cosas como realmente serán” (Jacob 4:13).

Solo por medio del Santo Espíritu podemos conocer la verdad, “las cosas como realmente son”, la realidad completa. ¿Cómo podemos hacer eso?

El hecho es que gran parte de la comprensión de la realidad de una persona, tanto física como espiritual, se basa en la confianza.

Confiamos en que nuestros cinco sentidos nos darán experiencia directa de la realidad física. También depositamos nuestra confianza en fuentes externas: padres, maestros, libros, artículos, sitios web, fotografías, mapas, videos, y todo tipo de cosas. Con el tiempo, verificamos los hechos experimentando cosas por nosotros mismos, o vemos que los hechos se refuerzan.

Así como aprendemos a confiar en nuestros cinco sentidos, podemos aprender a confiar en nuestra capacidad de percibir lo espiritual.

Y debemos aprender a confiar en ciertas fuentes externas en asuntos espirituales. Debemos tener fe en el Padre Celestial y en Jesucristo, y confiar en Ellos y en Su amor. Debemos confiar en el Espíritu Santo. Debemos confiar en los profetas, las Escrituras y otras fuentes de verdad revelada. Y debemos confiar en el testimonio de otras personas.

Al ejercitar la fe y la confianza, podemos tener experiencias espirituales nosotros mismos y ver verdades espirituales que se reafirman con el tiempo. Veremos la realidad más grande de la que habló Jacob:

Jesucristo es real. Su sacrificio expiatorio es real. Su Resurrección es real. Nuestra resurrección también es real. Esta vida es real. Y la vida después de la muerte es real. El plan del Padre Celestial es real. Estas son las cosas como realmente son y como realmente serán. Aceptar esta realidad puede cambiar nuestra vida para siempre.