Voces de los jóvenes

Un tipo diferente de sanación

Familia

De izquierda a derecha: Caeli (hermana), Cameron (papá), Crystal (mamá), Cara y Cohen (hermano)

Mi mamá ha estado enferma desde que yo tenía cuatro años. Al principio, nadie sabía lo que tenía, pero nuestros familiares y amigos oraban y ayunaban para que nuestra familia encontrara la causa. Después de muchos años de cirugías y pruebas, nos enteramos de que tenía la malformación de Chiari, cáncer de sangre y varias otras enfermedades para las que no hay cura.

Al ver que mi mamá estaba tan enferma, empecé a enojarme con Dios. Sabía que Él tenía el poder para sanarla, y no podía entender por qué no lo hacía. Pensé que todas las oraciones, las recaudaciones de fondos y los ayunos se habían desperdiciado.

Sin embargo, al ver la Conferencia General de octubre de 2021 con mi familia, escuché al élder Brent H. Nielson, de los Setenta, decir: “El poder sanador del Salvador no consiste solo en Su capacidad para sanar nuestros cuerpos, sino en lo que quizás [es] más importante aún: Su capacidad para sanar nuestros corazones”. Cuando el Salvador resucitado invitó a las personas del Libro de Mormón a ser sanadas, Él “no se refería a una sanación física, sino más bien a una sanación espiritual de sus almas” (Liahona, noviembre de 2021, pág. 57).

Esas palabras ayudaron a que me diera cuenta de que Dios no me estaba ignorando. Simplemente yo no estaba viendo cómo Él estaba sanando a mi mamá de una manera más importante que quitándole sus enfermedades.

Mi mamá aún no se ha sanado, pero el Padre Celestial ha estado a su lado en sus momentos más críticos. Él la ayuda cuando en verdad se siente peor que nunca en su vida. Ahora, cuando reflexiono sobre esta experiencia, sé que el Padre Celestial y Jesucristo saben exactamente lo que siento y por lo que estoy pasando.

Cara C., 13 años, Rhode Island, EE. UU.

Le gusta pasar tiempo con amigos e invitarlos a ir a su casa a participar en juegos.