“¿Querría ser yo mi propio amigo?”, Para la Fortaleza de la Juventud, junio de 2024.
¿Querría ser yo mi propio amigo?
Mírate en el espejo, literalmente.
¿Alguna vez has deseado que un amigo hiciera algo un poco diferente? Por ejemplo, que te escribiera más a menudo, que no se burlara tanto de ti o que te apoyara con alguna cosa. Es importante tener buenos amigos, pero primero, podría ayudarte ser un buen amigo.
Es hora de hacer una autorreflexión: ¿Eres la clase de amigo con quien te gustaría tener una amistad? ¿Sigues el ejemplo de Jesucristo en el trato con tus amistades?
Vamos a mirar en el espejo. Hazte cada una de estas preguntas y luego descubre de qué manera puedes ser un mejor amigo.
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¿Qué cosas hacen tus amigos que tú valoras?
Reflexión: Devuélveles algo de su propia bondad. ¿Qué cosas hacen bien que a ti te gustaría hacer por ellos?
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¿Qué te gustaría que comenzaran a hacer tus amigos?
Reflexión: En lugar de seguir esperando, ¿qué puedes empezar a hacer tú? Quizás sea de ayuda.
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¿Qué te gustaría que tus amigos dejaran de hacer?
Reflexión: DETENTE. Antes de centrarte en sus errores, ¿cuántas de esas cosas tienes que dejar de hacer tú mismo?
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¿Qué dirían tus amigos que les gusta de ti?
Reflexión: ¡Céntrate en tus fortalezas! ¿De qué manera puedes hacer esas cosas más a menudo?
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¿En qué dirían tus amigos que deberías esforzarte para ser un mejor amigo?
Reflexión: ¿Qué vas a hacer diferente para ser el mejor amigo que te sea posible ser?
Espero que te hayas divertido mirando al espejo. Solo una pregunta más, la más importante:
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¿Cómo puedes ser más como el Salvador, Jesucristo, con tus amistades?