Para la Fortaleza de la Juventud
Cuando a las personas buenas les ocurren cosas malas
Junio de 2024


“Cuando a las personas buenas les ocurren cosas malas”, Para la Fortaleza de la Juventud, junio de 2024.

Ven, sígueme

Alma 8–14

Cuando a las personas buenas les ocurren cosas malas

¿Estás pasando por alguna situación difícil en tu vida últimamente? Si es así, bienvenido al club.

Imagen
Joven caminando bajo la lluvia

Ilustración por Camila Grey

Dos prisioneros en el Libro de Mormón fueron tratados de manera tan horrible que podrías pensar —basándose en el trato que recibieron— que eran el peor tipo de criminales.

Estos prisioneros estaban atados. Sus carceleros los golpeaban a diario. Si eso no fuera suficiente, incluso fueron despojados de su ropa y privados de alimentos o agua. ¿Cuál fue su crimen?

Alma y Amulek simplemente habían estado tratando de predicar el Evangelio (como aprenderás este mes en Ven, sígueme, al estudiar Alma 8–14).

Confiar en Dios

Las Escrituras contienen muchos ejemplos de personas buenas a las que les sucedieron cosas malas. Por supuesto, lo mismo sucede actualmente. Probablemente conozcas a personas que encajarían en esa misma descripción y sientas afecto por ellas.

El élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, una vez lo describió de esta manera:

“Por cada hombre enfermo al que se sane instantáneamente mientras espera entrar en el estanque de Betesda, habrá otra persona que pasará cuarenta años en el desierto esperando entrar en la tierra prometida. Por cada Nefi y Lehi que se protege de modo divino mediante una llama de fuego envolvente debido a su fe, se quema a un Abinadí en alguna hoguera ardiente por causa de la fe de este […].

“¿Cuál es el punto? El punto es que la fe significa confiar en Dios en los buenos tiempos y en los malos, aunque eso incluya algo de sufrimiento hasta que veamos Su brazo revelarse a nuestro favor”.

¡A veces solo tenemos que aguantar un poco más!

Equilibrar la balanza

En ese relato de las Escrituras en particular, la situación acabó resolviéndose milagrosamente para Alma y Amulek. Fueron fortalecidos para romper las cuerdas y escaparon con vida cuando la prisión fue destruida y sepultó a sus carceleros (véase Alma 14:26–29).

Sin embargo, solo unos cuantos capítulos antes leímos acerca de un líder justo, Gedeón, a quien atacaron y mataron por defender la fe (véase Alma 1:7–9). ¿Por qué los resultados fueron tan diferentes? Bueno, la verdad es que sencillamente no lo sabemos.

“Algunas injusticias no se pueden explicar; las injusticias inexplicables son exasperantes”, enseñó el élder Dale G. Renlund, del Cuórum de los Doce Apóstoles. Aun así, ¡siempre hay esperanza! El élder Renlund añadió: “Jesucristo venció al mundo y ‘absorbió’ toda injusticia. Gracias a Él, podemos tener paz en este mundo y ser de buen ánimo. Si se lo permitimos, Jesucristo consagrará las injusticias para nuestro provecho”.

No importa en qué situación nos encontremos, Jesucristo es la fortaleza y la fuente de paz para todos nosotros.

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