Perdoné a mi hermano
Cuando tenía 11 años, mi hermano y yo nos peleamos y me negué a perdonarle. Durante tres largos años, él se esforzó por ganarse mi perdón, pero yo seguía rechazándolo y haciendo caso omiso de sus esfuerzos. Siempre me sentía culpable, como si estuviera llevando la carga más pesada de mi vida, pero era egoísta y tenía demasiado orgullo como para admitir que estaba equivocada. No sé cómo mi hermano pudo ser tan paciente conmigo.
Ahora tengo 14 años y hace poco se me dio la oportunidad de prepararme para ir al Templo de Manila, Filipinas, para hacer bautismos por los muertos. Me di cuenta de que tenía que hacer algo para arreglar la situación con mi hermano. Yo quería arrepentirme y recuperar su amistad, pero no sabía cómo hacerlo. Cada noche pensaba en cómo decirle que lo sentía, pero era demasiado tímida para hablar de ello con él. Por varias noches luché por saber qué hacer y, finalmente, después de orar al respecto, decidí escribirle una carta. La dejé en su cuarto antes de partir para el templo.
Me sentía como si flotara de la alegría; el peso se me había quitado y estaba llena de dicha. Pero más importante que eso era que me sentía digna de entrar en la casa del Señor. Aprendí que si hubiera prestado atención a las impresiones del Espíritu Santo, habría perdonado a mi hermano mucho antes; así que oré para que mi hermano y el Señor me perdonaran por haber guardado rencor durante tanto tiempo.
Me siento agradecida por el poder del perdón y porque la expiación de Jesucristo puede ayudar a nuestra familia a ser feliz de nuevo.
Diosaflor Temblor es miembro de la Rama Dumaguete 2, Distrito Dumaguete, Filipinas.