2002
Élder William R. Walker De los Setenta
Julio de 2002


Élder William R. Walker
De los Setenta

De niño, en la pequeña comunidad de Santos de los Últimos Días de Raymond, Alberta, Canadá, William Walker visitaba con frecuencia el hogar cercano de sus abuelos. Allí, colgada en la pared, estaba una fotografía de la Primera Presidencia. “Aún recuerdo esa imagen; tuvo una profunda influencia en mi vida durante aquellos primeros años. Crecí amando a los líderes de la Iglesia”, dice.

El élder William R. Walker nació el 25 de mayo de 1944, hijo de J. Harris y Beth Russell Walker. Después de cumplir una misión regular en Japón, asistió a la Universidad Brigham Young, donde conoció a su esposa, Vicki Van Wagenen. Contrajeron matrimonio en el Templo de Salt Lake Lake el 10 de junio de 1968 y tienen cinco hijos.

Después de que él se graduó, se mudaron a Vancouver, Columbia Británica, Canadá, donde inició su carrera en el negocio de inversiones como corredor de bolsa. Los Walker vivieron en Salt Lake City; Concord, California; Dunwoody, Georgia y Kenilworth, Illinois, antes de regresar a Utah en 1988. Fue presidente de una empresa filial de American Express y más tarde ocupó puestos ejecutivos en dos de las instituciones bancarias más grandes del mundo: Citibank y Banco Barclays.

Al élder Walker le gusta cultivar las flores y árboles frutales de su jardín. Él y su esposa también han tenido muchas oportunidades de cultivar los jardines del Señor. En 1990 fueron llamados a presidir la Misión Japón, Tokio Sur, y cuando recibió su llamamiento al Segundo Quórum de los Setenta era presidente de la Estaca Cottonwood Creek, Sandy, Utah. Ha sido obispo en dos ocasiones, miembro de un sumo consejo y agente regional de bienestar.

“Una parte muy importante de mi vida fue mi misión cuando era joven”, dice el élder Walker. “El presidente Hinckley visitó Japón tres veces mientras yo estuve allí. En una de esas visitas a la casa de la misión, él nos dijo a mi compañero y a mí que nos preparáramos para ser obispos y presidentes de estaca; eso nos sorprendió, pero he sido bendecido al ver el cumplimiento de esa maravillosa amonestación de un profeta de Dios”.