Voces de los Santos de los Últimos Días
“La Fortaleza de la Iglesia”
Refiriéndose a un joven que se arrepintió y llegó a ser un miembro fiel de la Iglesia, el presidente Gordon B. Hinckley dice: “¿No es ésa acaso la esencia misma de esta obra? El Salvador dijo: “…yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10). Aun cuando carecen de la abundancia de las cosas del mundo, éstos, mis amigos, viven abundantemente. Personas como ellos constituyen la fortaleza de la Iglesia. En su corazón se anida una tranquila y firme convicción de que Dios vive y de que somos responsables ante Él; de que Jesús es el Cristo, el Camino, la Verdad y la Vida (véase Juan 14:6); de que esta obra es Su obra; que es verdadera; y que la felicidad, la paz y la sanidad se reciben al andar en obediencia a los mandamientos de Dios (véase D. y C. 89:18), tal como se establece en las enseñanzas de la Iglesia”. (Véanse las páginas 6–7 de este ejemplar). Tal y como ilustran los relatos siguientes, la fortaleza de la Iglesia es en verdad los fieles miembros que se esfuerzan por ser más como el Salvador. Esta gran obra avanza gracias a los miembros que viven el Evangelio, dando un buen ejemplo de una vida cristiana a sus amigos y vecinos.