Mensaje de las maestras visitantes
Si estáis preparadas, no temeréis
Por medio de la oración, seleccione y lea de este mensaje los pasajes de las Escrituras y las enseñanzas que mejor satisfagan las necesidades de las hermanas a las que visite. Comparta sus experiencias y su testimonio e invite a las hermanas a las que enseñe a hacer lo mismo.
D. y C. 38:30: “…si estáis preparados, no temeréis”.
Élder L. Tom Perry, del Quórum de los Doce Apóstoles: “Durante años se nos ha exhortado a cumplir por lo menos cuatro requisitos a fin de prepararnos para lo que ha de venir. Primero, obtengan una educación adecuada… Segundo, vivan estrictamente dentro de sus ingresos y ahorren algo para los días de ‘las vacas flacas’… Tercero, eviten las deudas excesivas… Cuarto, adquieran y almacenen una reserva de alimentos y bienes esenciales” (“Si estáis preparados, no temeréis”, Liahona , enero de 1996, págs. 40–41).
La Primera Presidencia: “Los miembros de la Iglesia pueden iniciar su almacenamiento en el hogar almacenando los alimentos esenciales que serían necesarios para conservarles la vida…
“Algunos miembros no disponen del dinero ni del espacio para tener ese almacenamiento y a algunos se les prohíbe por ley tener un almacenamiento de alimentos para un año. Esos miembros deberán almacenar las cantidades que sus circunstancias les permitan. Las familias que no cuenten con los recursos para adquirir el almacenamiento para un año pueden iniciar dicho almacenamiento comprando artículos que les duren unos cuantos meses. Para lograrlo, los miembros deben ser prudentes y no dejarse llevar por el pánico ni irse a los extremos. Mediante un planeamiento cuidadoso y con el tiempo, la mayoría de los miembros de la Iglesia puede establecer tanto una reserva financiera como el almacenamiento de artículos indispensables para un año” (Carta de la Primera Presidencia, 20 de enero de 2002).
Presidente Marion G. Romney (1897–1988), Primer Consejero de la Primera Presidencia: “En mi opinión, nosotros, los Santos de los Últimos Días, a causa del conocimiento que hemos recibido por medio de revelaciones, estamos mejor preparados que otras personas para hacer frente a las dificultades que nos amenazan en estos días…
“‘Porque aquellos que son prudentes y han recibido la verdad, y han tomado al Santo Espíritu por guía, y no han sido engañados, de cierto os digo que éstos no serán talados ni echados al fuego, sino que aguantarán el día’. [D. y C. 45:57]…
“…a cada uno de nosotros que es miembro de la Iglesia se le han impuesto las manos sobre la cabeza y se le ha dado, en la medida en que una ordenanza puede hacerlo, el don del Espíritu Santo… Si recibo el Espíritu Santo y sigo Su guía, estaré entre los protegidos y guiados en estos tiempos difíciles. Y ustedes también, así como cualquier otra alma que viva bajo su dirección” (“‘…si estáis preparados, no temeréis’”, Liahona , enero de 1982, págs. 1, 4–5).
Presidente Brigham Young (1801–1877): “Concentren sus anhelos en una sola cosa: la santificación de su propio corazón, la purificación de sus propias predilecciones, nuestra preparación personal para los eventos que se nos avecinan con premura… Esfuércense por tener el Espíritu de Cristo para que podamos aguardar pacientemente el tiempo del Señor y prepararnos para los tiempos que se avecinan” ( Deseret News , 1 de mayo de 1861, pág. 65).
D. y C. 6:34, 36: “Así que, no temáis, rebañito; haced lo bueno; aunque se combinen en contra de vosotros la tierra y el infierno, pues si estáis edificados sobre mi roca, no pueden prevalecer… Elevad hacia mí todo pensamiento; no dudéis; no temáis”.
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¿Qué podemos hacer para mirar hacia el futuro con fe y previsión?
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¿Qué podría impedirnos hacer todo lo que esté de nuestra parte para prepararnos temporal y espiritualmente?