Por designio divino
Creemos que la institución de la familia es ordenada por Dios. En la guía profética, “La Familia: Una proclamación para el mundo”, se declara la forma en que percibimos a la familia.
“Con tanta sofistería que se hace pasar como verdad, con tanto engaño en cuanto a las normas y los valores, con tanta tentación de seguir los consejos del mundo, hemos sentido la necesidad de amonestar y advertir sobre todo ello. A fin de hacerlo, nosotros, la Primera Presidencia y el Consejo de los Doce Apóstoles, presentamos una proclamación a la Iglesia y al mundo como una declaración y confirmación de las normas, doctrinas y prácticas relativas a la familia que los profetas, videntes y reveladores de esta Iglesia han repetido a través de la historia”1.
Con esas palabras, el presidente Gordon B. Hinckley (1910–2008) presentó el documento “La Familia: Una proclamación para el mundo”2 en la reunión general de la Sociedad de Socorro que se llevó a cabo el 23 de septiembre de 1995, en Salt Lake City, Utah.
“Recomendamos a todos que lean con cuidado y con espíritu de oración esta proclamación. La fortaleza de toda nación radica en las paredes de sus hogares. Instamos a nuestros miembros, en todo lugar, a fortalecer a su familia de acuerdo con estos valores que a través de los años han sido probados”3.
A continuación, hay fotografías e ilustraciones de asiáticos, cuya cultura se reconoce por su “intensa y devota relación familiar” que abarca “el respeto por los mayores y altas normas de conducta para los niños”4. Estas imágenes son representativas de los Santos de los Últimos Días de todo el mundo e ilustran algunas enseñanzas importantes que se encuentran en la proclamación sobre la familia.