2010
Jesucristo es mi Salvador y Redentor
Febrero de 2010


Tiempo para compartir

Jesucristo es mi Salvador y Redentor

Salvador y Redentor son nombres y títulos de Jesucristo que describen lo que Él ha hecho por todos los hijos de Dios.

Debido a la caída de Adán y Eva, todos pasaremos por la muerte física. Al morir, nuestro espíritu y nuestro cuerpo se separarán. Cuando Jesucristo resucitó, Su cuerpo y Su espíritu se reunieron para no volver a separarse nunca; gracias a que Él hizo esto, todos resucitaremos.

Jesús también pagó el precio de nuestros pecados a fin de que, si nos arrepentimos, seamos perdonados y vivamos otra vez con Él y nuestro Padre Celestial; a este sacrificio se le conoce como la expiación de Jesucristo. Debido a Su sacrificio, Jesucristo es nuestro Salvador y Redentor. La Expiación es la más grande expresión del amor de nuestro Padre Celestial por nosotros; es también la expresión suprema del amor del Salvador por nuestro Padre Celestial y por cada uno de nosotros.

El pasaje de las Escrituras de este mes enseña en cuanto a la expiación y al gran amor que Dios tiene por nosotros. Ruego que tu corazón esté lleno de amor y gratitud por el don más extraordinario que Dios nos ha dado: Su Hijo Jesucristo.

Diario de las Escrituras Febrero 2010

Lee Juan 3:16 en el Nuevo Testamento.

Ora para saber que este pasaje es verdadero. Suplica sentir el amor que Dios tiene por ti.

Memoriza este pasaje.

Elije una de estas actividades, o inventa una:

  • La canción de la Primaria “Mandó a Su Hijo” (Canciones para los niños, págs. 34–35) enseña la forma en que nuestro Padre Celestial manifestó Su amor por nosotros. Aprende esa canción y trata de hacer lo que dice que hagas para mostrar tu amor y gratitud por el Salvador Jesucristo.

  • Recorta el rompecabezas (a la derecha) en el que se muestra lo que la Expiación hace por cada uno de nosotros. Habla de esto con tu familia.

¿En qué forma te ayuda lo que has hecho a entender este pasaje de las Escrituras?

Escribe en tu diario o haz un dibujo acerca de lo que has hecho.

Podemos estar con nuestro Padre Celestial y Jesús gracias a la expiación de Jesucristo.

Tierra

Expiación

Nuestro Padre Celestial y Jesucristo

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).

Ilustración por James Johnson.