Mensaje de la Primera Presidencia
El estar preparados espiritualmente
El consejo de nuestro Profeta
Un fundamento de fe
“Si no tenemos un cimiento profundo de fe ni un sólido testimonio de la verdad, tendremos dificultades para soportar las rigurosas tempestades y los vientos glaciales de la adversidad que inevitablemente nos sobrevienen a cada uno de nosotros.
“La vida terrenal es un periodo de prueba, el tiempo para probar que somos dignos de volver a la presencia de nuestro Padre Celestial. A fin de ser probados, debemos hacer frente a problemas y dificultades. Éstos podrán derribarnos y la superficie de nuestra alma podrá agrietarse y desmoronarse si nuestro cimiento de fe y nuestro testimonio de la verdad no están firme y profundamente establecidos en nuestro interior”1.
Aprendan las lecciones del pasado
“En nuestra búsqueda para llegar a ser lo mejor de nosotros mismos, hay varias preguntas que podrían guiarnos: ¿Soy lo que quiero ser? ¿Estoy hoy más cerca del Salvador que ayer? ¿Estaré aún más cerca de Él mañana? ¿Tengo el valor necesario para cambiar? …
“Los años han pasado, pero la necesidad de un testimonio del Evangelio continúa siendo esencial. A medida que seguimos adelante hacia el futuro, no debemos descuidar las lecciones del pasado”2.
Tu propia Liahona
“La bendición patriarcal es para aquel que la recibe y ningún otro. Tal vez sea breve o extensa, sencilla o profunda. No es ni su extensión ni su complejidad lo que caracteriza a una bendición patriarcal, sino que es el Espíritu el que transmite su verdadero significado. La bendición de ustedes no es para doblarla con cuidado y archivarla para siempre. No es para ponerla en un marco ni para publicarla. Más bien es para leerla. Es para amarla, y para seguirla. La bendición patriarcal es para ayudarnos a pasar la noche más negra. Les guiará a través de los peligros de la vida… La bendición patriarcal es una Liahona personal que nos traza el curso y nos muestra el camino…
“Se requerirá de nosotros mucha paciencia mientras observamos, esperamos y nos esforzamos para que se cumpla alguna de las promesas que nos fueron hechas”3.
Venid a Él
“Recuerden que no se encuentran caminando solos… A medida que recorran el camino de la vida, siempre vayan hacia la luz, y así las sombras de la vida desaparecerán detrás de ustedes…
“Al recurrir a las Escrituras en busca de inspiración, una palabra en particular me ha llamado la atención una y otra vez. La palabra [es] ‘venid’. El Señor dijo: ‘Venid a mí’. Él dijo: ‘[Venid], aprended de mí’. Y además dijo: ‘Ven, sígueme’. Me gusta esa palabra: venid. Mi ruego es que vayamos al Señor”4.