Niños
Entender el bautismo
¿Quién me bautizará?
Quienquiera sea la persona que te bautice, tiene que poseer el sacerdocio: el poder para actuar en nombre de Dios. Cuando Jesús quiso que lo bautizaran, fue a Juan el Bautista, quien tenía el sacerdocio (véase Mateo 3:13).
La persona que te bautice obtendrá la autorización de tu obispo o presidente de rama.
¿Deben sumergirme en el agua para bautizarme?
Jesús fue bautizado por inmersión, lo cual significa que Él estuvo completamente bajo el agua y de inmediato salió de ella (véase Mateo 3:16). Así es como te bautizarán a ti. El ser bautizado de esa manera nos recuerda que dejamos atrás nuestra vida anterior y comenzamos una nueva vida dedicada a servir a Dios y a Sus hijos.
¿Qué promesas hago cuando me bautizan?
Al ser bautizado haces un convenio (o promesa entre dos partes) con el Padre Celestial; tú le prometes a Él que harás ciertas cosas y Él te promete que te bendecirá. Este convenio se menciona en las oraciones sacramentales que se dicen cada domingo (véase D. y C. 20:77–79). Tú prometes:
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Recordar a Jesucristo.
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Guardar Sus mandamientos.
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Tomar sobre ti el nombre de Cristo; eso significa poner Su obra en primer lugar en tu vida y hacer lo que Él quiere que hagas en lugar de hacer lo que el mundo quiere que hagas.
Cuando cumples esa promesa, el Padre Celestial promete que el Espíritu Santo estará contigo y que tus pecados serán perdonados.
¿Qué es el Espíritu Santo?
El don del Espíritu Santo es uno de los dones más preciados del Padre Celestial. Tu bautismo por agua no es completo hasta que hombres que posean el Sacerdocio de Melquisedec te den una bendición para recibir el Espíritu Santo (véase Juan 3:5).
El Espíritu Santo es un miembro de la Trinidad; testifica del Padre Celestial y de Jesucristo, y nos ayuda a saber la verdad; nos ayuda a ser fuertes espiritualmente; nos advierte de peligros y nos ayuda a aprender. El Espíritu Santo puede ayudarnos a sentir el amor de Dios.
Cuando se te confirme miembro de la Iglesia, el Espíritu Santo podrá estar contigo siempre si escoges hacer lo correcto.
¿Por qué debo tener por lo menos ocho años para que me bauticen?
El Señor enseña que no se debe bautizar a los niños hasta que tengan la edad suficiente para entender la diferencia entre lo bueno y lo malo, lo cual las Escrituras señalan que es a los ocho años (véase Moroni 8:11–12; D. y C. 29:46–47; 68:27).