Los jóvenes misioneros de servicio a la Iglesia encuentran gozo en el servicio
El élder Ernesto Sarabia usó una placa misional negra todos los días de su misión; sin embargo, su asignación misional fue diferente a la de muchos otros: el élder Sarabia prestó servicio como joven misionero de servicio a la Iglesia (JMSI) en la oficina de la Misión México Hermosillo.
“Reconocemos que tal vez no sea prudente para algunos de nuestros hombres y mujeres jóvenes afrontar los rigores y los retos de una misión de tiempo completo”, ha dicho el élder M. Russell Ballard, del Quórum de los Doce Apóstoles. Pero esto, dijo, no significa que no pueden participar de las bendiciones del servicio misional (véase “Uno más”, Liahona, mayo de 2005, pág. 71).
El élder Russell M. Nelson, del Quórum de los Doce Apóstoles, dijo: “Una misión es un acto de servicio voluntario hacia Dios y hacia la humanidad” (“¡Pregúntenles a los misioneros; ellos pueden ayudarlos!”, Liahona, noviembre de 2012, pág. 18), y son muchas las formas de ofrecer ese servicio.
Para quienes estén honorablemente exentos de servir en misiones proselitistas de tiempo completo, o para aquellos que deban regresar antes a su casa, el programa de JMSI puede ofrecerles importantes experiencias misionales.
Requisitos para prestar servicio
Los JMSI deben ser física, mental, espiritual y emocionalmente capaces de cumplir con los deberes de su llamamiento, el cual se trata de conformar cuidadosamente a sus habilidades.
Las asignaciones para los JMSI duran de 6 a 24 meses y pueden requerir que se preste servicio algunos días a la semana o que se trabaje a jornada completa. Hay oportunidades de servir tanto en la comunidad como desde la casa. Algunas de las posibles asignaciones para JMSI incluyen: la investigación de historia familiar, la informática, ser ayudantes en las oficinas de las misiones, los almacenes del obispo, y otras.
Apoyo de la familia y del sacerdocio
Los padres, líderes del sacerdocio y miembros de la Iglesia pueden ayudar a futuros JMSI a prepararse para servir en misiones.
La familia de la hermana Eliza Joy Young ha sido un gran apoyo para ella al llevarla a las oficinas de la Iglesia en Sídney, Australia, y traerla de regreso.
El élder Michael Hillam, que trabaja en el Centro de Distribución de Hong Kong, dijo: “Mis maestros de seminario matutino y mis líderes de los Hombres Jóvenes me ayudaron a prepararme”.
El sacrificio trae bendiciones
La hermana Young sacrificó los días libres que tenía en su trabajo de medio tiempo para servir en una misión de servicio a la Iglesia. “Al saber que estoy ayudándolo, me siento más cerca de mi Padre Celestial”, indicó.
Además de las bendiciones espirituales, servir en una misión de servicio a la Iglesia da a los jóvenes misioneros valiosas oportunidades sociales y profesionales. “Gracias a mi misión, me di cuenta de que puedo trabajar en un empleo regular”, dijo la hermana Young. (Anteriormente sólo había trabajado en empleos para personas con discapacidades.)
Aunque no todos los jóvenes adultos que quieren prestar servicio puedan hacerlo, se hace un gran esfuerzo para dar cabida a cada joven adulto digno. Los jóvenes y las jovencitas que deseen prestar este tipo de servicio pueden hablar con su obispo o presidente de rama, quien buscará oportunidades adecuadas para ellos.
Si desea leer más al respecto, vaya a news.lds.org y busque “jóvenes misioneros de servicio a la Iglesia”.