2014
La misión divina de Jesucristo: Salvador y Redentor
Abril 2014


Mensaje de las maestras visitantes

La misión divina de Jesucristo: Salvador y Redentor

Con espíritu de oración, estudie este material y procure saber lo que debe compartir. ¿De qué manera el entender la vida y la misión del Salvador aumentará su fe en Él y bendecirá a las hermanas que están bajo su cuidado en el programa de maestras visitantes? Si desea más información, visite reliefsociety.lds.org.

Fe, Familia, Socorro

El élder D. Todd Christofferson, del Quórum de los Doce Apóstoles, dijo: “Entre los títulos más significativos que describen a Jesucristo está el de Redentor”. “…redimir significa saldar una obligación o una deuda. Redimir también puede querer decir rescatar o liberar, como cuando se paga una fianza… Cada uno de estos significados sugieren diferentes aspectos de la gran redención que realizó Jesucristo con Su expiación, la cual incluye, según el diccionario, ‘librar del pecado y sus castigos mediante un sacrificio que se realiza a favor del pecador’”1.

Linda K. Burton, Presidenta General de la Sociedad de Socorro, dijo: “El Padre Celestial… envió a Su Hijo Unigénito y perfecto a sufrir por nuestros pecados, nuestras penas y todo lo que parece ser injusto en nuestra vida…

“Una mujer que había pasado años de pruebas y dolor dijo a través de las lágrimas: ‘He llegado a comprender que soy como un billete viejo de 20 dólares: arrugada, hecha trizas, sucia, maltratada y marcada; pero sigo siendo un billete de 20 dólares’… Esa mujer sabe que… [Dios] la valora lo suficiente para enviar a Su Hijo para expiar por ella, de forma individual. Toda hermana en la Iglesia debe saber lo que sabe esta mujer”2.

De las Escrituras

2 Nefi 2:6; Helamán 5:11–12; Moisés 1:39

De nuestra historia

El Nuevo Testamento contiene relatos sobre mujeres que ejercieron fe en Jesucristo, aprendieron y vivieron Sus enseñanzas y testificaron de Su ministerio, Sus milagros y Su majestad.

Jesús le dijo a la mujer samaritana:

“…mas el que bebiere del agua que yo le daré no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que brote para vida eterna.

“La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no tenga sed…

“Sé que el Mesías ha de venir, el cual es llamado el Cristo; cuando él venga, nos declarará todas las cosas.

“Jesús le dijo: Yo soy, el que habla contigo”.

Entonces ella “dejó su cántaro” y dio testimonio de Él en la ciudad (véase Juan 4:6–30).

Notas

  1. D. Todd Christofferson, “Redención”, Liahona, mayo de 2013, pág. 109.

  2. Véase Linda K. Burton, “¿Está escrita en nuestro corazón la fe en la expiación de Jesucristo?”, Liahona, noviembre de 2012, pág. 114.